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miércoles, 24 de enero de 2018

La Princesa Prometida (El libro) William Goldman


        Pocos libros me han defraudado en la vida como “La Princesa Prometida” de William Goldman. Y seguro que, más de uno, se queda con el culete torcido después de haber leído lo que acabo de asegurar, pero es cierto.

        Le tenía unas ganas tremendas a este libro. Muchísimas ganas desde hace años. Enamorado de la película, la cual habré visto una docena de veces, sin cansarme ni una sola vez. Creí, tonto de mí, que el libro superaría con creces a la película… Y nada más lejos de la realidad.

        Primero me he tenido que tragar un prólogo del Sr.Goldman, en el cual fantasea sobre los orígenes del libro que, supuestamente le leía su padre. Gilipolleces sobre un tal Morgensten, autor proveniente de Florín, ese país imaginario que Goldman sitúa entre Alemania y Suecia, y temas e historias que no vienen al caso más que llenar páginas y páginas y más páginas de, prácticamente, nada de interés para el lector. Salvo que ya desde bien pronto te destripa el final.

        Una vez puestos en faena, la historia, como era de esperar, es bastante diferente al libro. Hasta ahí todo correcto. Pero Goldman vuelve a interrumpir con su cursiva, mosca cojonera narrativa sin ningún tipo de interés para el lector, y menos para el libro en sí, nuevas y delirantes anécdotas y comentarios, nombrando a editores, a su imaginaria familia, movidas que tuvo con el guion de “Dos hombres y un destino” (¿Y a mí que coño me importa Goldman tus problemas o tus idas de pinza setenteras en el mundo del cine?) y demás pajas mentales (perdonad la expresión, estoy cabreado) que me han hecho bufar más que Micho I de Gato ante la sección económica de “El País”, para acabar, finalmente, con varios finales, no uno, sino varios finales, a cual peor y más surrealista, y desechando (ya desde el prólogo) el final de la película. Sin entrar a hablar de anacronismos, piruetas narrativas que no vienen al caso y que hace que el lector relea tres veces lo anterior, y que se restriegue los ojos, etc etc


        En fin. Muchas veces os lo he dicho. No presumo de saber de Literatura, y me considero un mal crítico, pero me enerva leer en ciertos blogs literarios que consideran este libro una Obra Maestra… Por favor… No lo volvería a leer ni en un millón de años… Me quedo, en esta ocasión, con la cinta, que sí que considero una de mis películas preferidas de todos los tiempos…

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