Como
me había tragado la película del 51, y me gustó bastante el mensaje de Klaatu y
su “Nuclear, No Gracias”, con acento de Nueva Inglaterra, decidí ver la versión
de Keanu Reeves. Bueno, también influyó que vienen los dos Cd´s en el mismo
pack.
En
esta versión nos encontramos a Jennifer Connelly, que es la Doctora Helen
Benson, una científica de esas guays que todos hubiéramos querido tener en la
Universidad. De esas que te dicen: “Para el lunes quiero que me averigüéis si una
bacteria de Pompeya se podría ir de marcha por una luna de Saturno”, y después
te suelta una Bibliografía que no la tienen ni en La Casa del Libro. Ni la
tienen, ni la esperan. Benson es la viuda de Will Smith, porque Jaden Smith es
su hijo. Poco más os puedo explicar a este respecto.
De
pronto, el Gobierno la secuestra amablemente, junto a otros científicos, para
informarles que un objeto extraterrestre ha decidido estrellarse contra la
única parte sumergida del planeta: Estados Unidos, y concretamente, contra Manhattan,
esquina con la 53, o algo así: Central Park.
El
objeto, en realidad, es un platillo volante, diésel para más señas, que ha
elegido Central Park para posarse. Los científicos se acercan al ovni con el
traje de Klaatu del 51. “Noto presiones arteriales electroestáticas en toda la
zona”, nos informa uno de ellos. “Me duele la rodilla, creo que va a llover”,
contesta otro.
Entonces,
los militares “Jaque Mate 16”, montan un perímetro con todo lo que encuentran
en la sede local de la Asociación Nacional del Rifle alrededor del objeto, que
es una esfera verde muy bonita en movimiento. Igual que en la del 51, un ser de
otro planeta se baja del ovni y los americanos le pegan un tiro: Son sus
costumbres y hay que respetarlas. Pero de la misma manera, un robot Gort como
la catedral de Badayork de grande, y con muy malas pulgas, contraataca
utilizando para ello los grandes éxitos de “El Fary”. Los gringos se retuercen
de dolor.
Tras
el cabreo inicial de Grot. Los militares intentan extraer la bala al
extraterrestre. Para ello, llaman a un cirujano cachondo que estaba jugando al
golf y no para de hablar. Todos se ríen con sus ocurrencias. Pronto descubren
que el ser es Keanu Reeves, alias Klaatu, y empiezan a arrepentirse de no
haberle disparado un poco más. Klaatu habla inglés a la perfección. Cuando
despierta pide una Big Mac y agua del grifo. Los americanos le informan que ha
llegado al planeta Tierra, habitado solo por un país, Estados Unidos, que es el
centro y ombligo del Universo conocido, el país de la Libertad… Y que está
detenido por escándalo público.
Entonces
invitan a Klaatu a “La máquina de la verdad”, pero es tan embustero que quema
el aparato, y decide escapar disfrazado de Neo de Matrix, así nadie lo
reconocerá. Klaatu aprovecha para probar la gastronomía norteamericana,
sandwichs de atún de una máquina de dólar. Pero el atún estaba pasado y Klaatu sufre
una terrible diarrea que solo Jennifer Connelly puede curar.
Con
Klaatu desaparecido, los militares atacan a Gort, que anda aburrido, pero este
se defiende como gato panza arriba, parece un cylon de “Galáctica, Estrella de
Combate”. Klaatu, con el estómago repuesto, pide a la Connelly que lo lleve a
un McDonald´s, donde se entrevista con uno de los chinos locos de “Golpe en la
pequeña China” que le dice que como se le ocurre comer bocadillos de atún,
sabiendo que aquello es fletan del río Mekong.
Del
McDonald´s se van a una ciénaga, de donde aparece otra bola de dragón verde, más
pequeña que la de Central Park, y a través de los ojos de Klaatu podemos saber
que hay más bolas de dragón por todo el planeta, pero la más bonita de todas es
la americana, eso está claro.
Entonces
Jade Smith descubre que Keanu Reeves es uno de ellos, y quiere irse en busca de
la felicidad. Klaatu informa a la Connelly, después de una hora de película,
que viene a salvar al planeta, pero no a la humanidad. La humanidad no merece
salvarse porque la televisión por cable es una mierda, y eso es imperdonable.
Un policía local los descubre, pero Neo, digo Klaatu, le enseña que tiene más
trucos en la manga que un tío vivo de feria. Primero lo mata tirándole un
Nexus, un coche, y después lo resucita con la batería del coche de policía y un
poco de micromina. Jade Smith chilla durante el resto de la película, aparte de
confabular con varios grupos ultras.
Entonces
Klaatu se cuela en casa de John Cleese, que ha dejado los Monty Python para
dedicarse a las matemáticas, y ambos se pican con ecuaciones de segundo grado,
a ver quién las acaba antes.
Mientras
tanto, Gort, que es un cachondo, se deja secuestrar por los militares para
poder seguir jugando con ellos, les envía una plaga de termitas metálicas,
rompe brocas por doquier y se carga a miles de ellos. John Cleese intenta
convencer a Klaatu que la solución no pasa por cargarse a humanidad, pueden cambiar
de canal de televisión o de contrato. Jade Smith se chiva a los militares de
donde vive John Cleese porque no es fan de “Los caballeros de la mesa cuadrada”,
y a cambio los militares secuestran a la Connelly. La jugada les cuesta dos helicópteros.
Las
termitas de Gort reciclan todo lo que se cruzan, y Jade Smith opta por cambiar
de bando, ya que vamos perdiendo. Y se lleva a Klaatu al cementerio, para ver
si eso le ablanda el corazón, justo cuando el termitero se nos viene encima.
Entonces prometen a Klaatu, a la desesperada, que Canal Historia no volverá a
emitir nunca más “Alienígenas ancestrales”. Esa es la clave de la película.
Klaatu se ablanda, pero las termitas de Gort dicen que verde las han segado, y
se meten dentro del cuerpo de Jade Smith y la Connelly. Klaatu entonces se
sacrificará por salvar a la humanidad de la plaga termitera. Los
extraterrestres se van, los Estados Unidos han vuelto a salvar el planeta por
tercera vez en lo que llevamos de mes. Y al cabo de dos semanas, incumpliendo
lo pactado, Canal Historia pone una reposición de “Alienígenas ancestrales”.
Fin.
P.D:
Me quedo con la del 51. Aquí solo me merece la pena ver esos ojazos que tiene
la Connelly, que estoy convencido que se creyó todo lo que estaba rodando.
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