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Las dos cosas que me ha
llamado la atención del cómic “Ostfront/Westfront” (Frente Oriental/Frente
Occidental), y que han hecho que me lo compre, han sido:
Primero
ver el nombre de Fabrice Le Henánff ahí arriba, que es un dibujante y guionista
francés al que conozco por dos cómics que ya comenté en el blog hace unos pocos
años: “Modigliani” y “Wannsee”.
Y segundo, la originalidad del diseño del mismo.
Estamos acostumbrados a que un libro, o en este caso un cómic, tenga su portada
y su contraportada, pero aquí hay dos portadas, enfrentadas por el hecho de que
una de ellas, la que tú quieras, la que tú elijas, está bocabajo respecto a la
otra.
“Ostfront” está dedicado a la Batalla de Stalingrado
desde el punto de vista de los alemanes, y por cronología, es la que deberías
leer antes, también porque hay algunas conexiones históricas que se crean ahora
y que van a tener continuación en la segunda mitad del cómic, “Westfront”, donde
asistimos a la toma de Berlín por parte de los soviéticos, desde diferentes
puntos de vista: Alemán, soviético, yanqui y el de algunos franceses…
“Ostfront/Westfront” es un
cómic de tapa dura, publicado en España por Cartem Cómics en una edición
espectacular de 132 páginas que nos lleva una vez más a la 2ª Guerra Mundial, a
los frentes europeos, con toda la crudeza de la guerra en estas dos historias,
que, a pesar de ser independientes, son complementarias, y que se entienden
mucho mejor, ambas, en las páginas finales de cada una de ellas, cuando se te
explica el destino de los personajes principales que hemos ido conociendo.
Es una historia, podría
decirse, de perdedores, porque el punto de vista principal que arrastra la
trama es el de los soldados alemanes que lejos de los días iniciales
victoriosos de la guerra, se enfrentan en Stalingrado al frío, a la escasez, a
los continuos ataques de oleadas de soviéticos que les hacen perder posiciones,
la vida y la cabeza (muchas veces, literalmente), y en Berlín al
descabezamiento y desmoronamiento de toda la cúpula militar, a la huida,
ejecuciones e intentos desesperados e infructuosos por defender la capital del
arrollador empuje de los “Ivanes”, que los superan en número, en armamento, y
en moral.
El
estilo de Fabrice Le Henánff además, es muy peculiar, recuerda al pastel, con
un trazo definido, xilografías realizadas en madera posteriormente retocadas
digitalmente, donde usa a la perfección las sombras, los difuminados y las
luces, y donde los soldados son los principales protagonistas, por encima de
los vehículos o los paisajes. Henánff domina el periodo histórico y eso se
nota.
En Ostfront, pasaremos un año en
Stalingrado, entre 1942-43, siguiendo a tres personajes principales:
- Kurt Steiner, un soldado insubordinado.
- Tomas von Vilshofen, un teniente enamorado que no sabe si saldrá
vivo de allí para ver a su enamorada y casarse con ella.
- Y Max Dinger, un veterano que se entera en Stalingrado que su mujer se la está pegando con un francés.
Todos, o así lo da a entender el cómic,
personajes “supuestamente” reales de la guerra, con una breve biografía final
que nos habla de sus destinos posteriores al hecho. Nada de héroes, sino tipos
que colapsan o han colapsado en todos los sentidos y se han deshumanizado.
En
el segundo volumen, Westfront, estamos en mayo de 1945. Berlín está
siendo arrasada por el ejército soviético y todo se desmorona. Aquí, el arco
narrativo se abre un poco más, y seguimos a François Morliguen, un joven bretón
enrolado en las Waffen-SS, que representa la figura del colaborador, el traidor
y el superviviente.
Un oficial estadounidense que es clavadito al actor
Lee Marvin, lo interroga (también sale un soldado soviético que es el primo
perdido de Charles Bronson), y la narración rompe esa linealidad que vemos en
la primera parte, hay más visiones y puntos de vista. E igualmente vemos el
pavor de las mujeres berlinesas ante la llegada de los soviéticos, los
estertores del régimen, y el ataque suicida en muchas ocasiones de los restos
del ejército que no pueden evitar lo inevitable, huyendo de tema de “buenos y
malos” y ofreciendo una visión más cruda, más ambigua entre la supervivencia y
el horror de lo cotidiano en el hambre, los cadáveres y las ejecuciones.
Tiene un estilo muy cinematográfico, y el estilo
artístico que usa, crea auténticas fotografías dentro de las viñetas, lo cual crea
un cómic muy atractivo visualmente.
En definitiva: Aunque la
temática ya la he visto y disfrutado en otros cómics, siempre es interesante
acercarse a la Segunda Guerra Mundial desde otros puntos de vista, desde otros
enfoques. Y Fabrice Le Henánff demuestra conocer los hechos, el contexto bélico
al que hace referencia y plantea un debate ético interesante sobre el bien y el
mal, circunstancias, ideologías, supervivencia pura, al que no da respuestas,
porque eso se lo deja al lector, y encima con un estilo fantástico.
Por cierto, su precio: 30 euros. Es una buena recomendación para amantes de la Segunda Guerra Mundial en cómic.
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