Apartamento 7A (2024)

 

No sé si habéis visto un clásico de las películas de terror como es “El bebé de RoseMary”, o como la llamamos en España y en otros países de habla hispana: “la Semilla del Diablo”, una película de Roman Polanski de 1968, protagonizada por Mia Farrow que se centraba en cierto apartamento, en ciertos vecinos viejunos y afables y redomadamente satánicos en el fondo, y un embarazo en ciernes… Si no la habéis visto, aparte de no tener perdón cinematográfico posible, ya la estáis viendo cuanto antes mejor.

“Apartamento 7A” es una precuela de dicha película del 68, que se ha estrenado directamente en streaming, el último día del difunto 2024, casi sesenta años después de aquella, y que trae a una estupenda Julia Garner como protagonista de esta película que se basa en uno de los personajes secundarios de “La Semilla del Diablo” (vamos a usar el nombre que yo más he usado para referirme a este clásico), que más que precuela, diríamos que es una historia alternativa a los hechos que ocurren antes de la llegada de RoseMary al famoso apartamento, y a su encuentro con el matrimonio Castevet… 

        Lo primero que os tengo que decir es que “Apartamento 7ª” se puede ver de manera independiente a la película de Polanski, pero que me gustaría que vierais primero aquella, porque aquí vais a encontrar muchas referencias y guiños, por decirlo de alguna manera, a aquella de hace casi sesenta años.

        Lo segundo, que esta película, a pesar de tener una buena factura, buena fotografía, ambientación, y ser muy buena técnicamente, no es la película original, y eso que Julia Garner se come absolutamente todo en pantalla, y brilla como ella sola, pero a la narrativa le falta intensidad, le falta tirón, y desde luego no te va a dar miedo, o te va a marcar, como a mi si me marcó la clásica, basada por cierto en una novela de Ira Levin. Es un thriller de terror, pero sin apenas terror, o es un terror esbozado, casi dirigido a los espectadores de aquella película de Mia Farrow.

¿Qué te vas a encontrar en la narrativa? Pues tenemos a Terry, una joven bailarina de Nebraska que intenta hacerse un hueco en los espectáculos de Nueva York a finales de los sesenta. En la película de Polanski, por cierto, era una exdrogata que se acababa suicidando al darse cuenta para que la querían los adorables Castevet.

        Aquí, en esta precuela de un universo paralelo, tiene un desafortunado accidente durante un ensayo. Se rompe el tobillo y después de su operación y recuperación, no queda bien del todo, por lo que no acaba de encontrar trabajo, las facturas llegan y la desesperación también.

En esto conoce a una pareja de viejunos muy amables, los Castevet, Minnie y Roman, dos afables carcamales con enchufes e influencias en el mundillo del espectáculo y en todo lo que se mueva, que le ofrecen un apartamento para vivir mientras que su tobillo parece curarse milagrosamente, y algunas puertas comienzan a abrirse, más aún cuando tiene una cita con un famoso promotor musical…

Un día descubre que está embarazada, y comienza a tener pesadillas, colon irritable y cosas parecidas, descubriendo poco a poco que ha sido embarazada por el diablo, pero ella apenas se enteró del tema, y planteándose el aborto y el suicidio al final de la película, cuando parece rendirse a “La Tribu”, que son todos los chalados de las altas esferas, incluidos los Castevet, que esperan la llegada de Satanás, ilusos ellos, que seguramente, de nacer, se les hará político…

        En definitiva: Película de una hora y treinta y cinco minutos de metraje, que, como os he comentado anteriormente, es una película correcta en todos los sentidos, pero no es la de Polanski. El suicidio final de su protagonista cerraría su presencia en aquella primera parte, además del cambio de exdrogata a bailarina, entre otras cosas. Vista de manera independiente, también aprueba, y por eso le doy un 5 de nota, y os recomiendo, nuevamente, el visionado de ambas. Primero la de Polanski, después esta… Y ni se os ocurra ver las series del 76 y la del 2014, que se desarrolla en París, o si no, sí que arderéis en el infierno…