Tengo que reconocer que “Raging Grace”, película británica de 2023, me ha parecido una historia curiosa donde se mezcla el drama, el cine social y el de terror en un tres en uno muy peculiar, y particular, en una cinta que parece realizada por unos pocos colegas en tres findes de semana que estaban aburridos…
A veces, las historias sencillas son las que más entretienen, y “Raging Grace” no es una película para tirar cohetes en la plaza del pueblo, pero se deja ver. Vamos a hablar, eso si, muy brevemente… De “Raging Grace”.
En la narrativa tenemos a Joy, una fervorosa mujer, filipina, que luce un crucifijo en el pecho que haría palidecer al más atrevido de los vampiros, o de los protestantes en el país de los anglicanos. Poco sabemos del pasado de Joy, se vino a Reino Unido a buscarse la vida, y tuvo una hija, Grace, a la que le ha comentado que su padre está fallecido, algo que posteriormente veremos que no es cierto.
Joy está intentando reunir una cuantiosa suma de dinero para poder pagar su ciudadanía, y tener la ansiada estabilidad económica y social que fue buscando al país. Trabaja de asistenta, de limpiadora, y siempre anda a hurtadillas, pensando que la pueden denunciar o extraditar en cualquier momento.
Esta es la parte de cine social de la película, que viene a mostrar una realidad, supongo, porque no conozco bien lo que acontece en Reino Unido, y cuáles son sus políticas respecto a inmigrantes ilegales, del país.
Grace, sin embargo, al contrario que su madre, no tiene miedo. Vive feliz su infancia, dentro de lo que cabe de la situación de ambas. Ella ha nacido allí, así que podría decirse que es británica de pies a cabeza. Va al colegio, y nunca ha estado en Filipinas. Es temeraria, curiosa, pero a la par tenaz y resolutiva.
Un día, Joy acepta un trabajo en una gran mansión, que tiene 20 habitaciones, ocho cuartos de baños, tres salones, dos cocinas, un trastero más grande que el aeropuerto de Badajoz, y más trabajo que todo lo que te pueda ofrecer el Instituto Nacional de Empleo en un año, ya que en la casa solo hay un viejuno que agoniza en la cama, y está medio comatoso, crucificado a base de pastillas… Y una enigmática, pija y estirada sobrina, llamada Katherine, que lo visita para “endrogarlo” más… Digo, para darle su medicación diaria.
Joy pronto ve la oportunidad de colar a la niña en la mansión, cosa que hace más pronto que tarde, y Grace deambula por toda la casa como pez en el agua haciendo sus travesuras, subiéndose a armarios o encima del viejuno si hace falta con total descaro…
Más pronto que tarde, Grace descubre un terrible secreto en el sótano, en una noche de insomnio y sonambulismo al 50%, que hará que la situación de madre e hija cambie drásticamente cuando el viejuno abra los ojos, tras administrarle la versión filipina del Bálsamo de Fierabrás, y la verdad les estalle a todos en la cara, con ciertas consecuencias…
En definitiva: Estamos ante una película interesante, donde la música me ha llegado a poner la tensión por las nubes, aparte de darme mucha grima. “Raging Grace” es la prueba de que, con cuatro actores, y una historia más o menos hilvanada, puedes hacer algo creíble, aunque eso si… Como os decía al principio, sin llegar a tirar cohetes en la plaza del pueblo.
Por mi parte, tiene su 5 merecido de nota y mi recomendación en cuanto a su visionado. En cuanto al metraje, con diez o quince minutos menos de su hora y cuarenta, también funcionaría sin problema. Y en cuanto a su final, también me ha sorprendido, porque este tipo de películas no suele acabar bien, pero esta se sale de la línea, con un final feliz, y la reparación, o al menos eso me ha parecido, de una injusticia respecto a la paternidad de Grace…
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