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jueves, 4 de julio de 2024

De Amor y Monstruos (2020)

 

        Imaginaros la escena: Estáis aburridos en casa y os apetece un taquillazo típico, para toda la familia, para entretenerte y pensar más bien poco. Una historia con monstruos, un protagonista que te pone de los nervios, un perro que es el mejor actor de toda la película, una ballesta de juguete… Un guion poco creíble...

        Pues “De Amor y Monstruos” (2020) es tu película. Ideal para esos momentos de desconexión, y que si te pones a pensar seriamente en ella, acabas diciendo...¿Pero, qué carajo acabo de ver?


        “De Amor y Monstruos” nos presenta un futuro post-apocalíptico, otro más, en el que el punto de inflexión fue la llegada de un meteorito que amenazaba a la Tierra… En realidad iba directo a Estados Unidos, como debe ser, aunque últimamente meteoritos, alienígenas, zombies y todo lo que huela a desastre, le ha dado por acontecer cinematográficamente hablando, en Corea del Sur.

        El caso es que todas las naciones del mundo lanzan sus misiles al espacio, para parar el meteorito y destruirlo. Todas las naciones que tenían misiles, porque en España, como no le tiremos bellotas no sé bien qué podríamos haber hecho… Y dichos misiles resulta que llevaban unos productos químicos en sus ojivas: Salfumán, agua oxigenada, probióticos, estramonio, uranio enriquecido y meao de gato, que al estallar en la estratosfera y esparcirse por el planeta, actuó como un sulfato atómico, haciendo evolucionar a los insectos y otros bichos terrícolas, y creando de paso, unos monstruos terribles: Hormigas gigantes, ciempiés gigantes, cangrejos… Adivinad… Efectivamente… Gigantes. Caracoles, presentadores de Realitys, reguetoneros y toda clase de bicheria se ha hecho gigante, han mutado en nuevas especies y se dedican a devorar humanos como el que come cacahuetes.


        Los pocos humanos que quedan viven en comunas hippies, y nuestro protagonista, Joel, que es un romántico empedernecido, o más bien un idiota de nivel paladín, decide después de siete años, ir a buscar a su antigua novieta de instituto, Aimee, que vive a siete días de caminata, para reencontrarse con ella.

        Se nota que estamos ante una película de Ciencia Ficción, no por los monstruos, si no porque el tipo está convencido de que la chica le está esperando desde hace siete años. Yo tuve que parar la película, y oírlo varias veces, incluso en versión original subtitulada, porque no era capaz de asimilarlo bien.


        Así que, ni corto ni perezoso, armado con una ballesta que le tocó en la Feria de San Juan de Badajoz, con cuatro flechas, y con un libro de memorias que está escribiendo, sale a la superficie en busca del amor, aunque lo que más va a encontrar son monstruos que quieren devorarlo, representantes de telefonía móvil, un perro, un robot y una pareja de supervivientes: Un tipo y una nena, armados hasta los dientes, que saben más que el hambre.

        Llegados aquí, tengo que confesar que he deseado la muerte del protagonista en unas mil quinientas veces. El tipo se merecería todas las muertes que le vinieran: Va dando voces, va leyendo por lugares plagados de peligros, tarda horas en reaccionar en situaciones de acción, y no lleva ni siquiera un hacha o una espada toledana flamígera. Penoso.


        Tras una serie de aventuras, donde demuestra su continua potra, llega hasta donde está Aimee, que trabaja en una Residencia de Ancianos… Pero, ¿Querrá Aimee a Joel tras siete años de ausencia? Ayyy, amigos, prefiero que la veáis y saquéis vuestras propias conclusiones. Y, de momento, no os voy a contar nada más.

       En definitiva: Estamos ante una película donde llegarás a ponerte a favor de los monstruos frente al protagonista. Yo tengo que reconocer que he llegado a desearle todo lo peor. La introducción de un robot humanoide en la película, que suelta unas chacharras que ríete tú de Alexia y compañía, me ha llegado a parecer más increíble que la presencia de seres evolucionados a partir de la ingesta de estramonio.


        Por otro lado, he empatizado con el perro, llamado “Chico”, por lo que ha tenido que soportar por parte del protagonista: Sus cagadas, sus reflexiones de ñorda, su inseguridad que varias veces casi le cuestan la vida y su personalidad insulsa y sin sentido. Aun así, la película me ha entretenido, y he disfrutado de los efectos especiales bastante… Por ello, le doy un 5,5 de nota y arreando, que es gerundio.

        Esta es la típica película que gustará a Simps, a pagafantas y a gente que colecciona ballestas de juguetes y no le va a hacer nada de gracia a la Real Armada Australiana, a Cangrejos y a las sanguijuelas del río Guadiana.

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