A rebufo de que hace unos días
vi “La
Bala Perdida” (Netflix, 2020) y que la película francesa, de acción, no me
pareció maleja y de hecho me entretuvo bastante… Tenía que ver, como no podía
ser de otra manera, la segunda parte estrenada recientemente en Netflix, con el
original título de “La Bala Perdida 2” (Netflix, 2022).
Lo primero que hay que
comentar es que debes ver la primera parte para entender la segunda, o en caso
contrario, te perderás muchos detalles. Esto es fundamental. En segundo lugar,
deciros que aquí ya no hay balas perdidas. El título tiene sentido para una
primera parte, pero no para una segunda, pero es entendible que hay que
mantener dicho título o nos perdemos… Vosotros sabréis entenderme, ¿No?
La trama comienza justo en el final
de la primera parte. Posteriormente pasan seis meses en los que Lino,
obsesionado por la muerte de su hermano, vigila la casa de la mujer de Areski, el
policía corrupto de la primera parte, en busca de una pista para dar con él o
con Marco, su socio (y también policía corrupto, que, además, mató a su hermano
a quemarropa).
Tras un hecho heroico, donde
Lino salva a la mujer de Areski de un asalto nocturno a su casa, el propio Lino
entra en la policía. Todo parece ir bien en su unidad, hasta que recibe un
chivatazo donde le comunican que Marco está siendo protegido por la policía francesa.
Descubierto el pastel, Lino se pilla un rebote monumental, comenzando un
reguero de hostias esclarecedoras y persecuciones por media Francia.
Su misión, o más bien el
objetivo que tiene en la cabeza, es entregar a la Guardia Civil española a
Marco, que también lo andan buscando, ya que no confía en la policía francesa…
El caso es que volvemos a
tener una cinta con un metraje ajustado, con mucha acción, y que me ha hecho
pasar un buen rato. Como curiosidad, comentar la imagen que tienen los
franceses de España, donde hay sillas de madera en los bares, carteles de toros
y no salimos vestidos de flamencas y toreros de puro milagro.
Es básico ver la película anterior, antes de ver esta. Pero creo, que, ambas, os van a entretener bastante. Ya me diréis.
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