Con “Ya no me siento a gusto en
este mundo” (2017) me he llegado a reír a carcajadas. Ruth es una mujer,
soltera, que arrastra una depresión.
Un día, se muere delante de ella una paciente
(es auxiliar de enfermería), y cuando llega a casa descubre que le han robado en
casa (el portátil y la cubertería de plata de su abuela), y para colmo, un
perro le ha cagado el jardín.
Gracias a una app consigue
localizar su portátil a pocas manzanas de casa, pero para recuperarlo, debe
aliarse con el dueño del perro que le caga en el jardín, Tony, un vecino que
está como una cabra, y que suele ir armado con estrellas ninja, luceros del
alba y petardos.
De esa curiosa alianza, surge una
extraña amistad, en la cual investigarán los robos que suceden por el barrio,
que por otra parte, no son nada normales… Y la cosa empieza a derivar, y mucho, con la aparición de diversos, extraños y extravagantes personajes que van a complicar mucho la vida de Ruth, y de paso, mejorar en gran parte su depresión…
Realmente amena, entretenida, “Ya
no me siento a gusto en este mundo” (2017) es una película a tener en cuenta si
lo que quieres es pasar un rato divertido. Recomendable.
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