Con el bombo y platillo que le
han dado, había que ver “1899” (Netflix, 2022). Y después de siete días y ocho
episodios, ya me he tragado la serie del momento (y de momento).
En la narrativa tenemos al
barco Kerberos. Estamos supuestamente en 1899 y el transatlántico de cuatro
chimeneas y más grande que el Titanic, lleva a bordo a 1600 personas, de las
cuales las más recurrentes son 30. A mitad de camino, se encuentran con el
Prometheus, un barco gemelo desaparecido cuatro meses antes…
A partir de aquí, la realidad
desaparece y comienza la ida de pinza. En el barco solo hay un nene que lleva
cuatro meses solo, viviendo a base de pizzas congeladas, con pinta de tener 64
años y ser el doble de Damian, aquel niño diabólico hijo del mismísimo demonio.
El barco es una Torre de
Babel, personajes de distintas nacionalidades, culturas e idiomas, que guardan
oscuros secretos que van viéndose, a grandes rasgos (aunque no en todos, hay algunos
que quedan en secreto) a través de su pasado y ciertos saltos en el
espacio-tiempo…
Pronto, te vas a dar cuenta
que no estás ante una serie “normal”, y comienzas a barajar el tema ovni, Triángulo
de las Bermudas, el Mar de los Sargazos… Con aires ligeramente steampunk y
referencias a una docena de películas y series, como, por ejemplo: “Matrix” por
el rollo de la realidad que no es realidad, las realidades paralelas, que
igualmente recuerdan al Mito de las Cavernas de Platón. “Alien, el octavo
pasajero”, por la relación Nostromo-Prometheus y el niño-alien como intruso
disruptivo en la narrativa, aunque aquí no sale de las tripas del personal. “El
Show de Truman”, por el Observador, pendiente de todo, manipulador de
realidades. “Alicia en el País de las Maravillas”, por el pasar al orto lado, a
otras realidades y mundos (a veces, a través de tubos, como los amigos Mario y
Luigi), algo del Metaverso de Marvel y sus “What if…?”… Por supuesto, “Dark” y
sus triángulos, al fin y al cabo son al misma productora y algunas cosas te
pueden recordar a la serie alemana. Igualmente, he visto alguna referencia a “WestWorld”
en la existencia de personajes robóticos de época y algo de rollito Sith, de “Star
Wars”, en el malo malísimo de la serie…
En definitiva… Se deja ver,
pero le sobran cuatro episodios de relleno. Al final de cada uno de los
episodios, suena una música y viene una sorpresa y/o revelación, para dejarte
con el culo torcido hasta el siguiente episodio.
P.D: Al final resulta que van en una nave espacial llamada “Prometheus”, donde todos están en estado vegetativo, dormidos, teniendo el mismo sueño, del que hay que despertar. El año es 2099, pero siguen usando el MS-DOS como sistema operativo.
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