El
séptimo tomo de la colección “La Tumba de Drácula”, trae el título de “¡Rito de
Muerte!” (Panini, 2021), y quizás sea uno de los tomos más sosos de lo que
llevamos leídos hasta la fecha.
El
trío de lujo: Marv Wolfman (guion), Gene Colan (dibujo) y Tom Palmer (color y
entintado), pisan un poco el freno tras la aventura del tomo anterior con
Doctor Extraño. En esta ocasión, tenemos al Príncipe de los Vampiros uniéndose
a una Iglesia Satánica, donde lo han tomado, no solo por el mismísimo Satán,
sino que además lo han casado y espera un hijo fruto de ese matrimonio.
Con
esa historia principal de fondo, tenemos otras quizás, incluso, menos
interesantes: La alianza Blade-Hannibal King contra el escurridizo vampiro
Deacon Frost, los amoríos entre Frank Drake y Rachel Van Helsing, la reunión de
diversos personajes de novelas clásicas convocadas por una voraz lectora en la
que Drácula no se siente cómodo y lo hará saber en furiosos ataques, y para
rematar la faena, como viene siendo habitual, la aparición de un personaje
marveliano, en este caso Silver Surfer (Estela Plateada), que tendrá un
enfrentamiento contra nuestro protagonista de capa y colmillos.
Afortunadamente,
el personaje de Harold Harold (basado en el Woody Allen de los setenta) pierde
fuelle, y apenas aparece en el tomo, y mucho menos su alocada chica.
Resumiendo:
No es un tomo con las mejores historias de Drácula, aunque no deja de tener su
interés. Algunas historias y/o personajes, como curiosidad, hacen referencia a
España, y nos enteramos a través del propio Drácula, que él fue gobernador de
una provincia española (no especifica cuál) que dirigió con mano de hierro,
algo que a estas alturas, pues no debe extrañarnos…
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