La historia de “Hala”
(2019) no es nueva cinematográficamente hablando. Hemos visto cosas parecidas,
salvando las distancias, en otras películas como “La
bicicleta verde” (2012) o “Diez
años y divorciada” (2014), que son las dos primeras que se
me vienen a la cabeza.
El encorsetamiento que
vive la mujer dentro de la sociedad musulmana, visto en las dos primeras
menciones, a través de los ojos de unas niñas, que no entienden muchas de las
cosas que le rodean, y en el caso de “Hala”, desde el punto de vista de una
joven de Chicago, pero de origen paquistaní, que ve como no puede disfrutar de
toda la libertad que desearía.
“Hala” es una chica, a la
que le gusta patinar en su monopatín. Es buena estudiante, le gusta mucho la
lengua y la literatura. Comienza a notar lo que es la adolescencia: Salir con
chicos e investigar su propia sexualidad, y los prejuicios de su familia
respecto a prácticamente todo lo que le interesa, o motiva. Con un padre que la
adora (sobre todo para hacer crucigramas), pero tiene una doble moral, y que se
va convirtiendo en un auténtico fanático según pasa la cinta. Y una madre
severa, que parece envidiarla, (pero con buen fondo) y que solo le habla en
árabe de religión y tradiciones, mientras que Hala lo hace en inglés, como
buscando su camino y su vida propia.
La trama y los personajes
se resuelven muy bien durante la primera hora, después la cosa comienza a dar
algunas vueltas, algún giro, pero tarda algo en resolverse. Interesante, y
valiente película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario