Hablar
de “Ekhö. Mundo espejo” se me hace un poco difícil. Más que nada porque estoy
convencido que es una serie de cómics, de esos que mejor leerlos y
disfrutarlos, a que te cuenten de que van.
En
España tenemos cuatro tomitos, editados por Norma, que son, por orden
cronológico: Nueva York, París Imperial, Hollywood Boulevard y Barcelona. En
Francia ya se ha editado un quinto volumen, “El secreto de los Preshauns”, pero
a fecha de hoy (diciembre 2016) todavía no lo tenemos en castellano.
Pero,
te estarás preguntando: ¿Qué es Ekhö? Bueno, pues es una maravilla. Se trata de
un mundo paralelo al nuestro, muy parecido, pero no igual (¿Habéis visto la
serie “Fringe”?). Ekhö tiene nuestras mismas ciudades y países, pero es
ligeramente diferente. Por ejemplo, no existe la electricidad, pero si la
magia, los dragones y otros seres extraños, que pululan por sus calles,
rincones y ciudades. Los ideólogos de este mundo, por decirlo de alguna manera,
que vigilan el equilibrio de este mundo, con mucha dosis de Steampunk y chicas
guapas, son unas especies de ardillas pedantes: Los Preshauns. Unos misteriosos
seres con poderes, entre los que se encuentran transformarse en voraces monstruos
si el Té no lo evita antes…
Fourmille
Gratule y Yuri Podrov, son dos compañeros de asiento en un vuelo que va a Nueva
York. Justo antes de que el avión tenga un percance y comience a precipitarse
contra el suelo (supongo que el Océano Atlántico), ambos son teletransportados
a Ekhö. La razón es que a Fourmille le espera una herencia de una tía suya. En
su realidad murió hace muchísimos años, pero en Ekhö ha fallecido solo hace
unas semanas.
Fourmille
adquirirá un extraño poder de conexión con personas fallecidas en extrañas
circunstancias, que hará que ambos, junto a una nativa de Ekhö, Grace Lumumba,
y el preshauns Sigisbert de Motafiume, sufran divertidas escenas, muchas de
ellas comprometidas para Fourmille y Yuri.
Con
el impresionante dibujo de Alessandro Barbucci, el colorido de Nolwenn Lebreton
y el genial guion de Christophe Arleston, Ekhö se presenta como una colección
de cómics que se disfruta desde la primera página. Con una buena dosis de
humor, y con escenas fantásticas, algunas rozando el horror vacui, detallista
dibujo y luminoso colorido. Sinceramente, es muy recomendable.
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