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jueves, 10 de julio de 2025

A Prueba (2025)


       Como hacia un tiempo que no veía una película india, me he decidido por “A prueba” (“Test” es su título original), un dramón estrenado en abril de 2025, producido por Netflix, y con dos horas y veinte minutos de metraje, que bien hubiera dado para hacer una miniserie de dos episodios, y que, como podrás imaginar, es un metraje excesivo al que yo le metería tijeras y me saldría lo mismo con 40-45 minutos menos.

        La narrativa principal de “A Prueba” se centra en un grandísimo jugador indio de críquet, que está pasando una etapa muy mala, y que está cerca del fin de su carrera, según parece. El críquet en países como India o Pakistán goza de mucha popularidad, al igual que por aquí en Extremadura que estamos a ver si nos organizamos una liguilla entre algunos pueblos un día de estos, o yo diría que incluso más.


        Las subtramas, giran en torno a la relación de Anjur, que es este jugador, con su propia familia, en particular con su hijo, que está pagando toda la mala racha del padre, y en un científico que ha inventado un motor de hidrogeno, que es el marido de una antigua novieta de Anjur…

        Lo sé, lo sé… Todo un culebrón, ya os digo. Porque al comedero de tarro de Anjur y su mala racha deportiva, le tenéis que sumar que su antigua novieta intenta quedarse embarazada de su marido, y al no conseguirlo, se están gastando una pasta en clínicas y médicos, y su marido, poco interesado en ser padre, intenta financiar su motor de hidrógeno vendiendo propiedades, haciendo tratos con la mafia local y secuestrando niños… Vamos, lo más normal.


        Por otro lado, la historia gira en torno a tres personajes principales: Anjur, el jugador profesional de críquet. Kumudha, que es una profesora que intenta quedarse embarazada de su marido, el científico loco que quiere fabricar un motor de hidrógeno que revolucionaría todo el país, y el mundo, pero que no interesa… Y que se nos da a entender que tuvo, y que aún tiene, cierto interés amoroso en Anjur, cuyo único amor es el críquet, y que pasa de todo, de su mujer, de su hijo, y se tira ¾ partes de la película con cara de circunstancias y mal humor. Y Saravanan, el científico que está de deudas hasta las cejas, y que es un personaje que tiene su simpatía la primera hora y se transforma en lo peor de lo peor según la película avanza.

        Una curiosidad que tiene la película es que, a veces, se convierte en un videoclip, algo que sucede en algunas ocasiones para mostrarnos una cancioncilla que te da pistas de lo que se cuece en la cabeza del protagonista, o la protagonista, de ese videoclip… Que no es un videoclip, pero lo parece… Si habéis visto la película, me entenderéis.


        Toda la vaina, que parece enredada, es en realidad bien simple, pero la película alarga absurdamente el metraje teniendo como telón de fondo un partido internacional de críquet entre India y Pakistán en Chennai, que es donde viven nuestros protagonistas.

        Resumiendo mucho, porque ya os adelanté parte de la trama y de la narrativa. Anjur, debido a su bajo rendimiento deportivo, teme ser botado del equipo nacional, lo que sería su fin deportivo. Su hijo que lo adora, recibe el ostracismo total por parte del padre, que lo ignora a diario, y que encima recibe insultos (el hijo) de sus compañeros de colegio. Kumudha y Saravanan tienen varios problemas, y parece que los superan día a día gracias a la confianza y el amor que se tienen, aunque siempre parece que ella duda de la relación, y es él el que tira del carro en ocasiones.


        Como os he comentado, él que estudió en Estados Unidos, quiere hacer un motor de hidrógeno que es su ruina económica, y ella quiere ser madre a toda costa, que también es otra ruina.

        De manera fortuita, secuestran al hijo de Arjun y extorsionan al jugador para que pierda contra Pakistán, algo que generaría dinero en apuestas deportivas y daría para pagar las numerosas deudas con la mafia local. A pesar de que Arjun flaquea en un principio, su deber como deportista e indio, está por encima de todo… Incluyendo a su hijo.


        En definitiva: Con un presupuesto de 4 millones de dólares, “A prueba” es una película que hubiera dado mejor para una miniserie, y que hubiera permitido la exploración de algunos personajes secundarios, que, apenas esbozados, pasan sin pena ni gloria. Le sobra metraje para ser una película (el tema videoclips que os comenté antes), le falta profundidad, y puede llegar a entretenerte, pero también puede hacerte bufar al ver como la narrativa, y el tema culebrón dramático, no avanza como debería.

        De nota, le doy un 5 raspadete.

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