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domingo, 27 de octubre de 2024

Invasión, Insurrección (2024)

 

        “Invasión, Insurrección” es una producción surcoreana de 2024, que viene bajo la tutela de Netflix, y que me ha parecido una interesante apuesta cinematográfica, para los tiempos que corren. Tiene un trasfondo, un contexto histórico muy interesante, como es la invasión japonesa de la península coreana a finales del S.XVI, bajo el Periodo de la Dinastía coreana Joseon, que eran prácticamente un reino satélite, súbdito de los Ming chinos.

        El propósito de los japoneses era usar Corea como avanzadilla en la posterior invasión china, pero a pesar de los iniciales éxitos iniciales, la guerra de guerrillas puesta en marcha por los coreanos, y la destrucción de la Armada japonesa, terminó por sentenciar la invasión al fracaso.


       Partiendo de esa premisa, tenemos la ficción, que a pesar de ser eso… Una ficción, respeta mucho, y muy bien, no solo este contexto histórico al que os hago referencia, si no también el uso de armas, vestimentas, estamentos sociales, pensamientos… Que es algo en lo que me suelo fijar mucho, y que no suelo perdonar ni pasar por alto en este tipo de películas.

       ¿Qué te vas a encontrar en la narrativa de “Invasión, Insurrección”? Estamos en el S.XVI, concretamente en la década de los años ochenta, el rey de Corea, Seonjo, actúa despotamente y vive a años-luz de la realidad social y económica de su pueblo, que pasa penurias y más hambre que un perro chico mientras que él vive solo pensando en sí mismo, y en lo grande que es su palacio, en alusión, seguramente, a alguna carencia física de algún tipo.


      De hecho, el principio de la película comienza con la eliminación de una comuna hippie que aboga por una sociedad igualitaria, sin diferencias sociales, de tipo comunista, que acaban con la cabeza cortada, dirigida por Jeong Yeo-Rip, que prefiere ejecutarse él mismo, antes de que lo pillen, para ir ahorrando tiempo.

      Mientras tanto, en una provincia, el niño Cheon acaba como esclavo tras un error burocrático a pesar de que su padre intenta por todos los medios evitarlo. Pronto acaba en casa de un asesor militar, un noble que intenta convertir a su hijo Genshin en un futuro General. Por cada fallo que comete el hijo, el joven esclavo Cheon se lleva un palo, y como Genshin es bastante incapaz, la somanta de palos que se lleva diariamente Cheon es antológica.


       Harto de palos, Cheon le comenta a su joven amo, Genshin, las técnicas que tiene que hacer para vencer a su monitor, ayudándolo en el noble arte de la esgrima, algo que reduce el número de palos que Cheon se llevaba, aunque llegado el día de las Oposiciones a General, Genshin sigue más verde que una pera limonera, por lo que Cheon se presenta por él a cambio de que su amo le dé la libertad y deje de ser esclavo, quedando el primero de su promoción, y llevándose como premio: Una espada blanca de Jedi, un quimono azul y un apartamento en Torrevieja. En las Oposiciones se conoce que no te pedían ni el DNI y se podía presentar cualquiera.

       La celebración por el éxito en las Oposiciones, coincide con una revuelta de esclavos, que acaba con el amo y con toda la familia en el otro barrio, incluyendo la mujer e hijo de Genshin, que no se encontraba en esos momentos en casa. Cheon se ve libre para huir, y Genshin al enterarse, cree que su amigo, a la par que esclavo, ha estado involucrado en dicha revuelta y jura vengarse tarde o temprano.


      La invasión japonesa de Corea convierte a Cheon, disfrazado con su kimono azul y su espada, en todo un referente de la resistencia coreana ante los nipones, infligiendo graves derrotas él y su grupo de desarrapados a todos los japoneses que se encuentran por el camino, sobre todo a un samurái al que llaman “Corta-Narices” por la afición de este a la cirugía rino-facial sin anestesia.

      Una vez concluida la guerra, que al durar siete años, bautizan con el original nombre de “La Guerra de los Siete Años”, aunque es más conocida como las Guerras Imjin… Los tres hombres: Cheon, Genshin, y “Corta-Narices” que se ha quedado a vivir en Corea por el clima y la amabilidad de sus gentes, tienen unas cuentas pendientes que resolver… A espadazos.


       En definitiva: Entretenida película de dos horas que se me ha pasado volando, con buenas escenas de acción, que creo que os va a gustar. Personalmente la recomiendo, y le doy un 6 de nota. Si tenéis curiosidad, investigad los hechos en los que se basa la película, son muy interesantes y la película, ficción aparte, los aborda muy bien. Lo dejo por aquí.

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