No suelo ver cine indio, y no porque no me guste, sino más bien porque llega poco cine indio a nuestras pantallas, por regla general, a pesar de que los indios hacen películas como churros, de diversas calidades, todo hay que decirlo, con miles de producciones anuales…
En esta ocasión, he tenido la suerte de ver una película de 2024, “Sector 36”, una producción india basada en hechos reales, concretamente acontecidos en 2006, donde el encuentro fortuito de una mano llevó a una investigación que descubrió una red formada por dos personas que secuestraban fundamentalmente niños y jóvenes, a los que torturaban, violinizaban y tras quitárselos de en medio, devoraban…
“Sector 36” sigue los pasos de un policía, el inspector Ram Charam Pandey, que vive una vida normal y corriente. Casado y con una hija, acepta sobornos diariamente, aplasta cucarachas con el zapato, pide a sus subordinados su té diario, ve la televisión y hace obras de teatro basadas en sus creencias, y por lo que se ve, no es mal actor.
Casi diariamente recibe a padres que buscan a sus hijos desaparecidos en un área que supera varios miles de habitantes, un barrio pobre lleno de críos que juegan al cricket en la calle, que deambulan de aquí para allá y que son presas fáciles para dos individuos que secuestran, torturan, matan, violinizan y devoran a dichos jóvenes, chicos y chicas…
Ram Charam no quiere líos, y en un primer momento pasa de todos los casos. Se los quita de encima y a otra cosa, pero una noche, después de un a función suya, su propia hija sufre un intento de secuestro del que se libra por muy poco, eso va a cambiar su mente, su percepción ante la realidad y cree que es hora de comenzar a investigar.
Muy pronto sus pesquisas lo ponen en la pista de Bassi, un millonario hombre de negocios, y de Prem Singh, un sirviente suyo, que es el auténtico asesino en serie, muy zumbado de la cabeza, frío, despiadado, falto totalmente de empatía y obsesionado con el concurso “¿Quiere ser millonario?”, que presenta la versión india de Carlos Sobera.
A pesar de algún fracaso inicial, ya que se va a encontrar con la oposición firme de un superior, con fuertes vinculaciones con Bassi, que consigue quitárselo de encima, y además que pierda su trabajo… Pronto vuelve a la investigación y consigue una confesión tremenda de Prem Singh, que lo narra todo con muchísimo detalle y crudeza, en una escena que solo ella se lleva media hora de todo el metraje de casi dos horas que tiene “Sector 36”.
La confesión y detención de Prem Singh, sin embargo, no llega a vincular en un principio a Bassi, pero la colaboración del propio Prem, que está como una cabra en bicicleta, destapa los lugares donde fueron dejando los restos de los cuerpos, y a la larga, el propio Bassi acaba cayendo, aunque en un país donde la corrupción está hasta normalizada, su puesta en libertad y venganza están más que garantizadas…
En definitiva: Con un final que no he terminado de comprender bien, y que he visto precipitado respecto al ritmo que ha llevado la película todo el metraje, “Sector 36” es una película entretenida, que a pesar de parecer cruda, no cae en el morbo, y que va directa al grano, a los hechos, a las implicaciones y a la labor del inspector, y sus circunstancias.
Buenas interpretaciones, muy buenas de hecho, creíbles, sentidas y hasta estremecedoras por momentos… Buena fotografía, y una música que a veces te tensiona, sobre todo, cuando comienzan las búsquedas de cuerpos, las protestas familiares…
La película no va de héroes que ganan al final y hay finales felices, pero si da cierta luz entre tanta maldad, monstruos sueltos y un atisbo de esperanza para las familias que perdieron a estos jóvenes.
De nota le pongo un meritorio 6, y os recomiendo su visionado. Ya me diréis qué os pareció. Lo dejo por aquí.
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