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Los que hemos estudiado oposiciones de Geografía e Historia, para profesorado de Secundaria, conocemos bien un tema que se titula “Velázquez y Goya”, que a mi me hizo aprobar, sin plaza, unas oposiciones en Extremadura hace ya un buen puñado de años.
En el apartado dedicado al genio aragonés, en mi temario, había unas referencias finales al exilio de Goya en Burdeos, sus últimas obras, y alguna referencia a su vida personal, junto a su amante Leocadia, su hija Rosarito Weiss, y aquel enigmático y último cuadro, “La Lechera de Burdeos”, que anticipaba muchos estilos posteriores y que tanta admiración levantó en el S.XIX, y que mantiene, hoy en día, casi doscientos años después.
Rosarito Weiss se consideró su última discípula, una niña que aprendió del más grande de los Maestros, que llegó a ser profesora de dibujo de las Infantas Luisa Fernanda y de la futura reina Isabel II, y que Goya amó como si fuese su propia hija… Fran Jaraba, autor del cómic “La División Azul” (2020), nos presenta un cómic, publicado por la Editorial Cascaborra, que ahonda en esa posibilidad… ¿Y si Rosario Weiss fuese realmente hija de Goya?
“Rosario Goya” es un cómic de Historia-Ficción. Nunca sabremos, o al menos no de momento con la información que disponemos, si Rosario Weiss fue realmente hija o no de Goya, pero la narrativa del cómic explora esa posibilidad, y nos ofrece un relato basado en ese detalle, y que entremezcla muy bien, se nota que Jaraba se ha documentado, personajes y hechos reales con otros de pura ficción, con una dosis alta de acción, que hace que el cómic no sea una simple biografía de personajes versionada, si no que vaya mucho más allá, al presentarnos una rocambolesca historia altamente entretenida, bien cosida, y como os decía anteriormente bien documentada.
Fuera de las colecciones habituales presentadas por Cascaborra, Fran Jaraba, que se encarga del color, dibujo y guion, nos ofrece una introducción histórica al comienzo del cómic, bajo el título “El Genio y su entorno”, donde nos habla del exilio del pintor en Francia, donde pasará sus últimos años, huyendo de la represión absolutista de Fernando VII, y donde se nos habla de la serie de grabados, publicados originalmente en 1799, “Los Caprichos”, que son igualmente, junto a la posible paternidad de Goya, uno de los ejes principales del cómic.
La narrativa de nuestra historia nos lleva hasta 1828. España vive años convulsos. Fernando VII, que había jurado la Constitución de 1812 con la llegada del Trienio Liberal en 1820, ha vuelto a tomar el poder de manera absolutista, gracias a los llamados Cien Mil Hijos de San Luís, que, enviados por Luis XVIII, permiten que el llamado Rey Felón derogue la Constitución, persiga y ajusticie a los liberales, muchos de ellos incluso héroes de la Independencia durante la Guerra contra los Gabachos, mientras el mismo Fernando VII, antiguamente llamado “El Deseado”, se tragaba un dorado exilio en Francia esperando su momento…
Uno de estos exiliados es el mismo Goya, junto a su amante Leocadia y su hija Rosario, que estando en Burdeos recibe la oferta de volver a imprimir clandestinamente la serie de los grabados “Los Caprichos”, que han sido sustraídas desde Madrid para tal empeño, instigando de paso una operación para evitarlo por parte del Ministro Calomarde, que envía a un par de policías matones para interceptarlas… Y hasta aquí os voy a contar, porque prefiero que lo leáis, que de eso se trata.
El cómic está dividido en capítulos, titulados: Burdeos, Orleans, Una hoguera en el bosque, París, y por último Madrid, cuyo capítulo (este de Madrid) está dedicado a la vida post-Goya de nuestra protagonista, al igual que el contexto histórico final que cierra, a modo de epilogo, el cómic.
En definitiva: Estamos ante otro cómic mayúsculo de la Editorial Cascaborra. Y aunque en esta ocasión sea, como os he comentado anteriormente, un cómic ficcionado, no deja de tener su interés, porque en primer lugar, se desarrolla en un marco histórico concreto, poco conocido, poco estudiado y desde luego poco tratado en cómics, y en segundo lugar, porque su interés didáctico, el del personaje principal, Rosario, es indiscutible.
Solo me queda felicitar a Fran Jaraba, por el trabajo realizado, y darle las gracias por rescatar a Rosario Weiss, Goya en el cómic, del olvido, y traerla a la palestra en un cómic lleno de acción, Historia, pasión, y amor entre un padre y una hija.
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