Durante la Segunda Guerra
Mundial, la ciudad francesa de Brest fue uno de los puntos estratégicos a
tomar, y a defender. Por un lado, los alemanes la consideraban vital para
mantener su tráfico naval en el Atlántico, por otro, los Aliados, entre ellos
los norteamericanos, la tenían como uno de los objetivos principales a tomar
tras el desembarco de Normandía. Y era rara la noche que no la bombardearan. En
la batalla terrestre por su toma, entre alemanes y estadounidenses, cayeron
diez mil soldados repartidos entre ambos bandos. Tomada a finales de 1944, de
la ciudad apenas quedaba nada. Y las labores de reconstrucción se iniciaron por
miles de obreros, mal pagados, mal alimentados, cuya única salida era la
huelga.
“Ha muerto un hombre”, poema de
Paul Éluard, dedicado a un miembro de la Resistencia Francesa (Gabriel Peri),
se convierte en el grito de los miles de obrero que la CGT francesa convoca
para la gran huelga de marzo-abril de 1950, y en el título de una película, un
corto documental, totalmente desaparecido hoy en día, de René Vautier y
recitado por un obrero, Petit Zef, testigo de aquellos días de lucha.
“Ha muerto un hombre” (2007,
editado en castellano por Ponent Mon) es la lucha de clases sociales, es el
cineasta francotirador, documentalista, y la creencia en unos derechos, y en un
futuro mejor. De la mano de Kris y de Étienne Davodeau (“Los ignorantes”, Rural”,
“El Testimonio”, “La mala gente”, “Lulú”…), guionista y dibujante franceses, de
los que ya he comentado alguna obra suya en el blog (Buscad a Davodeau en el
buscador del blog, es todo un luchador). Más que recomendable.
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