Romeo
es un médico rumano, aficionado a la música clásica, la vida no le va mal,
aunque últimamente alguien le ataca (pedradas a las ventanas, destrozos en el
coche…). Tiene cincuenta años y un matrimonio que se va al garete. Él tiene
infidelidades en su cuenta corriente (con una bella chica joven, antigua
paciente), y ella está débil y muy enferma. Lo más importante en su vida es su
hija, Eliza, una estudiante que se prepara los exámenes de selectividad,
previos para la Universidad.
Un
día, previamente a dichos exámenes, Eliza sufre un intento de violación, y la
vida de la familia se tambaleará, aún más, a raíz de dicho hecho. Lo más
importante para Romeo es que su hija apruebe los exámenes y que se vaya a
Inglaterra a estudiar psicología, país donde le han ofrecido dos becas. Según
avanza la cinta, te das cuenta de que no todo el mundo es lo que parece ser, no
todos son trigo limpio, o quizás ninguno de ellos… Eliza empeora
psicológicamente hablando, Romeo se vuelve más egoísta (más si cabe), ególatra
y obsesionado, el profesor de autoescuela de Eliza oculta cosas, el comisario
de policía se mueve entre corruptelas…
“Los
exámenes” (2016) es, desde luego, una película muy interesante. Con un puñado
de personajes que se mueven en el mundo del tráfico de influencias, la vida
fluye entre favores (tú me ayudas, yo te ayudo), corruptelas de todo tipo,
grados de influencia… Parece que la única esperanza, para Romeo, es que su hija
no cometa sus mismos errores y que huya del país, a estudiar fuera… Es Rumania,
sí, pero después de verla, hay cosas que me han recordado, demasiado, a la
propia España. Tiene un puñado de Premios, y, en mi opinión, merecidos. Aunque
también es verdad que a la cinta le quitas media hora, y cuentas lo pispo.
P.D:
Me encanta esta frase de la película: “Tú acabaste en una biblioteca porque
jugaste limpio”
No hay comentarios:
Publicar un comentario