“Pelé” es uno de los futbolistas
mundiales más conocidos, uno de los grandes de todos los tiempos. Uno de los
seis o siete grandes, supongo, junto con Cruyff, Di Stefano, Lev Yashin, Messi o
Cristiano Ronaldo, por decir algunos…
En “Pelé, el nacimiento de una
leyenda” (2016) vemos parte de la vida de este gran futbolista (la película
viene con un saco de premios). Digo parte, porque, sin querer entrar en
polémicas futboleras, la historia de Pelé no es exactamente como lo explican en
este biopic norteamericano, rodado en inglés (hay carteles y situaciones en la
película que deberían estar en portugués, no en inglés), y con ciertas dosis de
crítica social, sobre todo la primera media hora, que es, posiblemente, lo que
más me ha gustado de la cinta: La situación de los niños, los trabajos
precarios, la pobreza, los contrastes sociales, el nacimiento de las favelas…
El propio Pelé está en la
producción de la película, y debe saber… Sabe perfectamente, que la película
está edulcorada bastante, pero eso no le quita un ápice de entretenimiento, la
hace hasta épica. En la película lo vemos superar desde que apenas era un
chaval descalzo, todos los obstáculos que se ponen por el camino, hasta llegar
al Mundial del 58, donde parece que fue Pelé, y sólo él, el que ganó el Mundial
solito.
Escenas a los “Benji-Oliver”, un
mítico nacimiento del ginga brasileiro (parece como si los brasileiros hubieran
inventado el fútbol), cierto “tufillo” hacia los europeos (los suecos aparecen
como unos prepotentes), con un solo personaje femenino en toda la cinta, con
unos malos malvadísimos (el entrenador Feola y el jugador Altafini, me gusta
pensar, no eran así… “O Rei” tiene una memoria un tanto distorsionada me parece
a mí…) y unos buenazos de campeonato… Película entretenida, muy del estilo
Disney, de superarse, pero… ¿Fue así, realmente fue así?
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