De
Juan Rulfo conservó, en una carpeta, un pequeño texto comentado en clase, hace
más de treinta años casi, en el aula del IES Reino Aftasí, conocido como Mixto
Nº 2, cuando yo estudiaba allí.
El
profesor de Literatura, jubilado hace un buen puñado de años, nos habló en su
día de este escritor mexicano, escaso en novelas, al que le habían dado el
Príncipe de Asturias (1983), y el texto comentado venía a colación de su
reciente fallecimiento (mis notas tomadas al margen). Así pude deducir que
sería una mañana de enero del 86, posiblemente fría, cuando leímos, y
comentamos, el texto de Rulfo. Después de aquello, desapareció de mi vida
durante treinta años, como digo.
La
casualidad puso en mis manos “Pedro Páramo” (1955). En el mes, en el Centenario
del nacimiento de Rulfo (1917-2017). Una novela que se ha hecho extraña, y
cercana a la vez. Sudando Realismo Mágico desde sus primeras páginas, cortita a
mi parecer, y con una narración que cambia de la primera a la tercera persona
según avanza el libro. Juan Preciado nos cuenta como, en el lecho de muerte de
su madre, le promete ir a buscar a su padre: Pedro Páramo (cruel y mujeriego
por igual), el cual vive en un pequeño pueblo, Comala. Juan, que en un
principio no quiere, inicia finalmente este viaje a Comala, que parece ser una
especie de Purgatorio, pues tanto él, como el lector, perciben a los diversos
personajes que se encuentra como muertos. Muertos en pena, muertos con asuntos
pendientes, muertos que vagan aún por el mundo, sombras espectrales del pasado,
anclados a la tierra… El propio Juan está muerto, o muere en Comala, y vaga, como otra alma más, en la pesadumbre…
Después,
la presencia de Pedro Páramo es la que toma el relevo del hijo, y nos habla de
su relación con las mujeres, con sus hombres, con los mercenarios, de su
crueldad, del propio Juan Preciado… El Realismo Mágico se hace puro, se hace
presente.
P.D:
Ríete tú de “Los Otros” y de “El Sexto Sentido”. De esos muertos que no saben
que están muertos, o quizás si lo saben, y siguen haciendo como que están
vivos, porque como llega a decir Rulfo, necesitan que se les rece…
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