¿A quién no le
gusta una buena película de vampiros? Si te gustan, una de las mejores
películas de terror, de vampiros, y del pasado 2024, fue “Abigail”.
Una producción estadounidense que logró
casi duplicar su presupuesto de 28 millones de dólares desde su estreno,
alcanzando unos beneficios actuales (casi iniciando marzo de 2025) de 46
millones entre unas cosas y otras.
Basada en una película de 1936, titulada
“La hija de Drácula”, “Abigail” fue la última película del actor Angus Cloud,
fallecido por sobredosis con los 25 años recién cumplidos, y que fue conocido
sobre todo por su participación en la serie “Euphoria”, que a pesar de las
críticas positivas, yo no soporté más de dos episodios en su día, porque me
recordaba mucho, demasiado, a series españolas como “Física o Química” o
“Élite”, entre otras, en versión yanqui, y que están por encima de mi nivel de
tolerancia. La película está dedicada a su memoria.
Pero, centrándonos en “Abigail”, de
entrada, tengo que reconocer que me ha gustado, y que su hora y cuarenta y
cinco minutos de metraje no se me ha hecho larga, algo raro, muy raro en mi…
“Abigail”
repite varios clichés en sus personajes, en sus protagonistas, pero en mi
opinión da un par de giros argumentales, que la hacen interesante. Al igual que
vosotros, he visto cientos, miles de películas de vampiros, y parece que ya no
hay nada que te pueda sorprender entre colmillos, sangre y movimientos
espectaculares, pero puede ser porque aquí la vampiro es una niña de doce años,
o porque va vestida de bailarina, o porque simplemente ella es la que monta
todo el tinglado desde el principio, que ha logrado agradarme, si a ello le
sumas una buena fotografía, a cargo Aaron Morton, y una buena música, a cargo
de Brian Tyler, que es un tipo que lleva casi treinta años poniéndole música a
películas que ya son clásicas, como Rambo, toda la saga de “Rápido y Furioso”,
o como la llamamos en España: “A todo Gas”, “La Momia”, “Super Mario Bros”,
“Scream”, y otras tantas músicas de videojuegos… Pues lo dicho… Añade unos
buenos enteros al producto final.
El escenario elegido, una buena casa
señorial, también ayuda a sumar enteros a la historia junto a los tropecientos
mil hectolitros de sangre utilizados durante el rodaje.
¿Qué nos vamos a encontrar en la narrativa
de “Abigail”? Un grupo de seis secuestradores, cada uno con una habilidad y un
pasado diferentes (muy característicos, muy típicos y tópicos), son reclutados
por un tal Lambert, que es ni más ni menos que el gran Giancarlo Esposito, para
secuestrar a una niña de doce años.
No hay que preguntar, solo llevársela a
una casa y esperar instrucciones tras el pago de un rescate. Nada de nombres
entre ellos, ni de preguntarle a la nena de quién es hija. Solo una de las dos
mujeres que forman el grupo, tendrá acceso a la nena, que viene vestida de
bailarina de ballet y que tiene supuestamente doce años.
Ya desde un principio, encerrados en
aquella fortaleza que es la casa sin salida al exterior, cometen una serie de
errores que hacen ver que muy profesionales no son, cuando uno de ellos
directamente es visto a cara descubierta por la nena, y al ponerse las cosas
feas, pues pronto dos de los secuestradores caen a las primeras de cambio por
un poderoso enemigo invisible que hay en la casa y la nena se revela como una
vampiresa, con varios siglos a las espaldas, y ganas de jugar con todos ellos.
Los secuestradores se convierten en
secuestrados, ya que la vampira tiene más fuerza, agilidad e inteligencia que
ellos, y confiesa haber planeado todo el tinglado, para ganarse el favor de su
padre con el que ha discutido, o no se habla directamente, o el padre pasa de
ella… Esta parte no la tengo muy clara, el motivo de la trifulca padre-hija (a
lo mejor es por unas lindes, algo muy común en Extremadura).
Los seis tenían en común haber
fastidiado a su padre y/o sus intereses, y la dulce nena cree que, cargándose a
los enemigos de papi, este volverá con ella, y ya lleva unos 200 asesinados que
guarda en una piscina olímpica, como el que colecciona pokemon o funkos…
De hecho, el propio Lambert no es más
que otro esbirro, convertido en vampiro, que sueña con derrocar a la nena y a
su papi, y quedarse con el Imperio nocturno que tienen montado. Por lo que, a
lo largo de la película, como si se tratara de un programa tipo “Gran Hermano”
o “Supervivientes” veremos alianzas, traiciones, y mucho “Sálvese el último”,
para intentar salir de aquella casa maldita como sea…
En definitiva: Película que como os
decía al principio, me ha gustado y me ha tenido entretenido. Tiene incluso
algún gag humorístico (con el tema de las cruces y los ajos, reconozco haberme
reído), por lo que añade diversión al gore, a la intriga y al terror.
Creo que no tiene grandes pretensiones, y en eso acierta, ya que sobre todo en su última hora tiene algunos altibajos, pero las escenas de acción también son buenas, bien montadas las escenografías… En fin, para pasar una buena tarde o noche con una película de vampiros. De nota le voy a dar un 6, creo que por todo lo comentado se lo merece. Lo dejo por aquí.
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