“Problemista” es una película estadounidense, una
producción de 2023, que trae como protagonista al cómico de origen salvadoreño
Julio Torres, que aparte de protagonizar la historia, es el director,
guionista, productor y el que prepara los cafés antes de los rodajes… Yo solo
lo conozco de la película “Nimona” de 2023, que tenemos comentada en el blog y
en el Canal de Youtube, por si os interesa ver la reseña.
He llegado hasta la película porque por algún lado leí
que era una comedia surrealista con toques del Realismo Mágico Hispanoamericano
de los últimos cincuenta años, y claro, con esa tarjeta de presentación, es
raro que yo no picara.
“Problemista”, ya os lo adelanto de antemano, es una
película que no me ha llegado a convencer al 100%, aunque tampoco me desagradó.
Es una producción que, si la hubiera visto a finales de los años noventa,
quizás me hubiera convencido, pero que de haberla visto en el cine durante este
2025, en vez de en streaming, hubiera quemado el cine hasta los cimientos,
porque esta fase surrealista (que no es tanto como pretende) ya me queda
bastante atrás…
¿Qué te vas a encontrar en “Problemista”? Con voz en off,
de narradora, de la actriz italiana Isabella Rosellini, en la versión original,
se nos cuenta la historia de Alejandro, un chaval salvadoreño, criado junto a
su madre, que aspira a ser un diseñador de juguetes en Estados Unidos, y al que
le gustaría trabajar en Hasbro, donde siempre manda ideas de juguetes un tanto
extraños, pero que él piensa que lo petarían.
Con casi 40 años, hipocondriaco, y con un extraño paso al
andar, Alejandro trabaja en una Clínica de Criogenización y tiene un pie fuera
del país, pues su visado depende de que trabaje legalmente en Estados Unidos.
No deja de ser una interesante historia sobre un inmigrante en el país, pero no
sabemos como llegó allí, cuando, de qué manera, si hablaba inglés desde
pequeño, hay muchos huecos en la vida de Alejandro, del que, si sabemos, aunque
nos da igual realmente, que es homosexual y vegano.
Un día mete la pata al desconectar la cámara de
criogenización de un pintor surrealista, Bobby, que estaba obsesionado con
pintar huevos.
Es despedido, pero pronto entra en la órbita de la pareja
de Bobby, Elizabeth, una mujer obsesionada con recuperar y exponer el legado de
Bobby: Una persona nerviosa, histérica, histriónica, narcisista y chillona,
enfrentada con la mitad de las personas que viven en Nueva York, que encarna
Tilda Swinton, que me ha llegado a recordar por momentos a Clint Eastwood (tú
le quitas el pelo, solo le miras a la cara, y por momentos crees que Clint
Eastwood y ella son la misma persona, eso sí que es surrealismo).
Alejandro, que intenta sobrevivir y seguir en el país,
pronto se convierte en el lerendo de Elizabeth en su misión por recuperar su
legado, pensando que así conseguirá quedarse en Estados Unidos hasta que
consiga su sueño de meterse en la industria del juguete.
Pronto, la relación con su nueva jefa le lleva a vivir
situaciones absurdas, vergonzosas y chirriantes, llegándose a imaginar como un personaje
de Dragones y Mazmorras, un caballero en apuros acompañado de una arpía como
Elizabeth, mientras tratan de recuperar los cuadros de Bobby, perdidos y
repartidos por la ciudad, y montar la exposición…
En definitiva: Con un metraje de una hora y cuarenta
minutos, creo que es una película que funcionaría mejor con veinte minutos
menos. La película tiene alguna escena, efectivamente, de surrealismo, de
realismo mágico, muchísimas de esas metáforas idílicas, simbolistas que
encantan a los críticos de cine, muy poco de la comedia prometida, y también
grandes llanuras narrativas donde realmente no sucede nada, y eso como
espectador puede llevarte a mirar el reloj más de la cuenta. A mi me ha
parecido muy Almodóvar a ratos, pero sin llegar a alcanzarle.
Por momentos parece que estamos ante una película de bajo
presupuesto, pero viene de la mano de la productora estadounidense A24 (que
suele ser sinónimo de películas independientes, de calidad y con mensaje). Costó
12 millones de dólares y apenas recaudó dos millones y medio en cines, y una
curiosidad es que la actriz Emma Stone es una de las productoras del film.
¿Nota? Le doy un 5. Con esos veinte minutos menos, bien recortados, ganaría en ritmo y en nota. Así lo creo.
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