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sábado, 20 de abril de 2024

Rebel Moon (Parte Dos): La guerrera que deja marca (Netflix, 2024)

 

       En plenas Navidades de 2023, os hablaba de la primera parte de una nueva franquicia, esperada por algunos, que venía de la mano del mismísimo Zack Snyder y que prometía traernos un nuevo universo al cual engancharnos, pero que a mi no me llegó a convencer, y de hecho, creo que me quedé corto hasta en mis explicaciones.

        Cuatro meses después, nos llega a la plataforma Netflix, la segunda parte, titulada “Rebel Moon 2: La Guerrera que deja marcas” de esta mezcla de “Los Siete Samuráis” de Kurosawa, y es un sacrilegio lo que estoy diciendo, lo sé, con “Star Wars”, “Los Viajes legendarios de Hércules”, “Vikingos”, y mil referencias más, como samoanos, pueblos vaqueros o reyes medievales con orquesta incluida, que el señor Snyder se ha ido encontrando y metiendo en una coctelera a la que le ha dado al botón de ralentizar, algo que ya es marca de la casa lo de ir todo el rato a cámara lenta, y de la que nos ha vuelto a salir una nueva aberración, en mi opinión, que tiene su entretenimiento, sé que tiene su publico y sus defensores, y que hace cuarenta años quizás lo hubiera petado a todos los niveles, pero en 2024 y con las espaldas que uno tiene ya a estas alturas… Va a ser que no.


        La narrativa sigue donde la dejamos hace cuatro meses. Distintos mercenarios, a cual más cutre y más hortera, llegan al pueblo del medio oeste americano plagado de vikingos y de dudosa estructura urbana, que deben salvar de un acorazado imperial dirigido por muñecos del Warhammer (algunos de ellos a medio pintar), que vienen a por la cosecha. El Malo de la Primera película resulta que no estaba muerto, estaba de parranda, y gracias a unas bebidas energéticas que unos alfiles de ajedrez le meten por unos tubos transparentes que han comprado a 50 céntimos el metro, lo reviven con el doble de mala ralea y peor estética capilar. Lo que viene a ser la versión galáctica de Mr. Bison.

        Las telecomunicaciones funcionan con un bote de cristal de esos que te venden para hacer las conservas de tomate en el pueblo de tus tíos, pero en vez de pimientos, hay un tipo que te habla desde dentro del bote con tapa incluida.


      Los mercenarios se ponen a recoger la cosecha, antes de que venga el acorazado imperial, con los Grandes Éxitos de Enya en la radio, poniendo poses, trampas por doquier y contando historias lacrimógenas que harían bostezar a una nutria del Guadiana.

        Cuando se presentan los del acorazado, lo hacen echando mucho humo, contaminando y pasándose la Agenda 2030 por el cielo de la boca. Poca empatía en esta parte de la película, y pilla a los aldeanos con la ropa tendía.


      Kora, nuestra guerrera y su novio, que es Michael Bolton, les dan la bienvenida y se inicia por fin algo de acción donde la cámara lenta te permitirá ir al Mercadona de tu barrio a comprar algo para picar, y continuar por donde lo habías dejado, sin darle a la pausa. La guerra por la aldeucha se desencadena mientras Kora, que se ha leído la Ilíada, monta un Caballo de Troya en el acorazado para acabar con él, y con ella en el papel de Ulises…

       Y creo que hasta aquí os voy a contar en cuanto a narrativa, porque la verdad es que esta segunda parte de “Rebel Moon” es más de lo mismo, repite los mismos errores y esquemas de la primera parte pero con más efectos especiales, poco sentimiento de vergüenza y mucha pose estereotipada, vista mil veces en películas de Serie B. Esta película es la típica que le gustará a chatarreros y fans de Michael Bolton, y no le hará mucha gracia a gringos del medio oeste y gente que hace conservas con botes de cristal.


          Aun así, no voy a ser tan cruel como con la primera parte, y le voy a poner un 4, por los efectos especiales y el rato bostezando. Por cierto, Snyder amenaza con cuatro películas más. Con el tiempo, logrará que se conviertan en culto, pero de momento, va a ser que no.

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