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Si yo os preguntara por una batalla icónica dentro de lo que es La Edad Media en la Península Ibérica, posiblemente, y creo que no me equivoco, la mayoría de vosotros me contestaría, y no sin razón, que la más señalada de todas, punto de inflexión e icónica por naturaleza, es la Batalla de Las Navas de Tolosa, que desde luego, marcó un antes y un después en el escenario peninsular del S.XIII, y en la pugna por su control entre los almohades y los cristianos.
A muchos de vosotros, quizás, la Batalla de Simancas no os diga mucho, o directamente no os suene, pero fue, podríamos decirlo así, otro de esos muchos puntos de inflexión, que igualmente marcó un antes y un después, casi trescientos años antes que la de las Navas, y es que en el verano del año 939, y tras un eclipse solar que cada bando tomó de una manera, los ejércitos al mando del Rey leonés Ramiro II y del todopoderoso califa Abderramán III, se dieron cita en la vallisoletana ciudad de Simancas, donde durante cinco días, algunas crónicas le añaden un sexto día, se decidió el futuro de toda la península, una vez más, en una batalla que resultó decisiva.
“La Batalla de Simancas” es el sexagésimo tercer tomo de la colección “Historia de España en viñetas”, publicado por la Editorial Cascaborra este pasado 2023, y que viene de la mano de dos autores, habituales dentro de la línea editorial de Cascaborra, y de los que también hemos hablado ya, tanto por el blog, como por aquí, por el canal de Youtube: Rafael Jiménez, al guion, que nos vuelve a demostrar una gran labor de documentación, y al que le debemos otros cómics como: “1525: Pavía” (Cascaborra, 2019), “Nordumani”(Carmona en Viñetas, 2020), “Masacre, Masacre” (Cascaborra, 2020), “Clara Campoamor” (Cascaborra, 2021), “Imperio Argentina” (Cascaborra, 2022), y durante este prolífico 2023: “Los Cien Mil Hijos de San Luís” (Cascaborra, 2023), que aparte del blog, lo tenéis comentado por aquí, por el Canal, “El Ángel Rojo”, igualmente comentado y que próximamente saldrá al mercado francés, si no ando equivocado, y “1236: Córdoba”…
Y, por parte de Raúlo Cáceres, que está a los lápices, ¡Y qué lapices, oiga!, no hemos comentado nada hasta la fecha, pero eso tiene ya su solución en esta primera entrada, en este primer vídeo, y con este gran cómic de “La Batalla de Simancas”.
En la narrativa: Tras los avances cristianos hacía el sur, y sometiendo, el propio Ramiro II, a Zaragoza por la traición del Gobernador de la ciudad hacia el propio Abderramán III. El Califa en persona, llama a la Guerra Santa, y recluta una cifra en torno a los cien mil efectivos (según la crónicas), con soldados bien pertrechados. Idea un plan para acabar con el reino leonés de una vez por todas, y poniéndose él mismo al frente del contingente.
Para ello, marcha en junio de 939 al norte, arrasando lo que se encuentra por el camino, imparable, hasta que llega al encuentro de las tropas cristianas, donde tras cruzar el Pisuerga, y seguros de sí mismos y de la victoria, encadena una serie de derrotas, por descoordinación y mala fe entre sus propios mandos, que desconfían de un maula que hay entre sus filas… Los cristianos, aseguraran que tanto Santiago Apostol como San Millán, tuvieron mucho que ver en su Victoria.
Derrotados, inician el camino al sur, donde reciben un último descalabro, perseguidos por las tropas cristianas en tierras salmantinas, en la zona del Barranco de Cortos, donde los musulmanes caen por cientos, logrando Ramiro II y sus huestes un suculento botín, y salvando por los pelos Abderramán III la vida, en la primera y última batalla que se atrevió a dirigir en persona, y que costaría que muchos de sus mandos, incompetentes, pagaran con la muerte dicha derrota a su regreso a Córdoba...
En definitiva: Como habréis visto en los dibujos, estamos ante un “cómic mayúsculo”. A la gran labor de documentación de Rafael, que usa sabiamente el recurso de dos escribas opuestos contando la película según se tercie, se le une un dibujo en blanco y negro fabuloso, con un estilo que rompe todos los esquemas del cómic histórico: Con dobles páginas, en las que Raúlo juega a veces con el sol del eclipse para configurar a los personajes, o nos los presenta reflejados en una espada, vertebrados alrededor del aspa de una cruz de San Andrés y con grandes viñetas, que son verdaderos cuadros xilográficos, llenos de acción, del estilo más puro del cómic de aventuras, y de un horror vacui increíble, donde no deja nada en blanco, nada sin rellenar… Y jugando siempre con distintos puntos de vista, distintos enfoques, distintas estructuras visuales, que es para quitarse el sombrero.
Cada página de este cómic es un: ¡Oohhh!, ¡Aaah!, ¡Ostraaas, qué requetebueno!… Y no os exagero absolutamente nada. Leer, y disfrutar de este cómic, tanto por su historia como por su apartado visual, va todo en uno.
¿Recomendable?… Recomendable, no… Imprescindible.
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