He tardado un par de años en
ver “Green Book” (2018), pero cuando me he puesto a verla, me he dicho: “Esto
es lo de siempre, pero una vez más… Bien hecho”, y es que, a pesar de que la
historia esté basada en un hecho real (1962, aunque la familia de ambos dicen
que la película es una patraña llena de mentiras), y que los prejuicios
raciales los hemos visto en muchísimas películas, si la cinta es buena y cuenta
una historia como debe ser, pues funciona. Es así de sencillo.
Es como pasear a “Miss Daisy”
(1989), pero al revés. El chófer blanco, italoamericano, del Bronx, con sus
propios prejuicios como buen italiano. El cliente, un virtuoso pianista de
color que en plenos años sesenta, está haciendo un tour musical, junto a otros
músicos, por la América profunda y racista.
El pianista, sibarita y bien
educado, un intelectual, el gran Don Shirley, un auténtico dandy. El chófer, un
tipo sin muchas luces, buen estomago (obeso) y mejor derechazo, que estuvo en Alemania
en los cincuenta, Tony Lip, actor y portero de discotecas neoyorkinas. El
choque de intelectos está servido desde el principio de esta “road movie”. Se
fueron dos, regresaron dos, pero no son los mismos. Este tipo de metamorfosis
interiores, las vemos en las francesas “Intocable” y “Monsieur
Chocolat”, “El cartero y Pablo Neruda” (en las misivas a casa) y como os
decía ahí arriba, siempre funciona si se hace bien.
La película toma como
referencia “El libro verde de los viajeros negros” (editado entre 1936-1966),
que era una guía para que los viajeros de color no tuvieran problemas al viajar
por determinados sitios de los Estados Unidos. La cinta es una buena película
sobre el racismo, los prejuicios, la amistad, la música, el respeto… Y, desde
luego, muy recomendable, con razón tiene un saco de premios. La he disfrutado
mucho, a pesar de ya haberla visto…
2 comentarios:
Es muy buena. Sobre la polémica de las familias, de la del personaje que interpreta Viggo no había oído nada. El hermano de Don Shirley sí despotricó contra la película, aunque muchos dicen que los hermanos se llevaban mal.
El hijo de Tony Lip dijo que no hubo tal amistad, y que su padre no pasó de ser mero chófer. Es lo que he leído. Tampoco he encontrado nada sobre la supuesta homosexualidad de Shirley, ni de su exmujer
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