Película gore, de litros y
litros de sangre, balazos y certeza segura de que sabes que aquí va a caer todo
el mundo.
En “Blanco perfecto” (2018) un
grupo de jóvenes va por una carretera nada transitada. Sufren un reventón, y
mientras cambian la rueda y dicen gilipolleces (más o menos los primeros quince
minutos) un francotirador desconocido comienza a dispararles, y, como te puedes
imaginar, van cayendo de uno en uno soltando hectolitros de sangre y dejando la
carretera y el paisaje rural hecho unos ciscos que ríete tu de las películas
japonesas (aunque, bueno, pensando que la peli es estadounidense, pero el
director japonés, eso explicaría muchas cosas…)
Los más alocados planes y
estrategias no tienen sentido ante este asesino invisible que gasta balas como
el que come pipas, y caza al personal como a conejos desamparados.
La película no tiene mucho
más. Como os podréis imaginar, le sobra más de media hora para contar lo mismo,
y el final es un poco chistoso… En fin… Espero tener más suerte la próxima vez
en Amazon Prime.
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