Dinamarca,
años 70. Un profesor (de arquitectura), su mujer y su hija, no pueden para el
alquiler de una impresionante casa donde se han ido a vivir. ¿Cómo pagarlo?,
pues convirtiendo la casa, que es realmente grande, en una comuna, donde todos
puedan aportar dinero para pagar el alquiler.
Poco
a poco, van llegando una serie de personajes a vivir a la casa: Un tipo que
bebe cerveza a todas horas y un tanto jeta, una familia con un chico que dice
que no vivirá más de nueve años, una hippie pelirroja bastante prolífica sexualmente
hablando, un extranjero sin trabajo y sin dinero... Lo cual convierte la casa en un lugar
peculiar, como peculiares son estos habitantes, que van a convertir la vida en
la casa en una serie de situaciones raras, extrañas, esperpénticas,
relacionadas con las reglas, la propia convivencia en si… Comenzando con
cogorzas comunales, desayunos multitudinarios, baños en pelotas… Hasta desembocar
en cuernos, líos y despertares sexuales, caraduras que no pagan, malas ideas y
broncas monumentales…
Lo
que parece una buena idea, a lo largo de la película pasa a ser un interesante
experimento sociológico. Más emocional que seria, no me ha parecido mala
película, quizás un tanto floja, cogida con pinzas, pero no desmerece en su
idea, interesante de ver.
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