“Weimar”
me dejó un buen sabor de boca. Jan Karta es un personaje del que te encariñas
rápido. Es un superviviente nato. Investigador privado que mete las narices en
asuntos demasiado peligrosos. En “Weimar” se ve obligado a exiliarse de
Alemania sino quiere acabar mal. Su exilio forzoso lo lleva hasta la Italia
fascista de Mussolini, acogido por una vieja amiga de su padre con la cual no
comparte sus ideales políticos. Jan no es nazi, ni fascista, ni comunista. No
se define, y eso en la Europa en la que vive levanta sospechas por doquier.
En “Roma”, nos encontramos a Jan (1934)
investigando a la futura nuera de su protectora: Prostitución, fascismo,
asesinatos… Jan Karta es un alemán que no pasa desapercibido en la Roma
fascista, y pronto se ve envuelto en un nuevo lío que le hará huir, casi
precipitadamente, a Francia.
En
“Los días de La Cagoule” (1935), Jan se compromete a entregar un paquete al
hijo de un moribundo que comparte tren con él en su camino a París. Lo que iba
a ser un encargo sencillo, vuelve a convertirse en una arriesgada misión por
las calles de la capital francesa.
Lo
comenté en la entrada de “Weimar”, y supongo que lo volveré a repetir en “Berlín”,
la última entrega que dispongo de nuestro personaje, este es un cómic imprescindible.
Enganche y disfrute, garantizados.
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