Iba
a empezar esta entrada diciendo que hay países, aun, donde el camino de las
mujeres es tortuoso y espinoso, en un mundo todavía demasiado machista… Pero
después pensé que si decía “hay países”, debería decir en cuales las mujeres no
siguen sufriendo los perjuicios de una sociedad que las menosprecia a diario. Y
sinceramente, no se me ha ocurrido ninguno.
(Presentación en Aspanya)
“Siete Diosas” (2015) es una película india, sobre la
situación de siete mujeres, siete amigas en su país. El comienzo es del todo
prometedor, donde encontramos diferentes situaciones que deben soportar cada
una de ellas: Comentarios en el gimnasio, las críticas obscenas a la cantante, mujer-florero
en una película de Bollywood, mentiras de las grandes marcas y Corporaciones
(estéticas, económicas…) dirigidas por hombres, con una mentalidad muy atrasada
respecto al siglo que vivimos.
La idea, aparte de buena, la considero
necesaria. Una apuesta brillante, valiente, y más viniendo de un país donde los
casos de violaciones anuales se cuentan, tristemente, por miles, sin llegar a
contar ataques con ácido y demás salvajadas que suelen cometerse, con total impunidad,
a diario.
Ahora, una cosa es la idea, y otra es la
práctica. Y aquí ya nos perdemos un poco. Muchas diosas para tan poco metraje,
apenas dos horas. La idea se vuelve centrifuga, con el paso de la cinta, cuando
en mi opinión (y ya sabéis que yo no tengo ni idea de cine) el interés hubiera
sido brutal enfocado en una, dos, o como mucho tres de los personajes. Como
mucho, y aprovechar ese potencial, que no es baladí. La idea, vuelvo a repetir,
tan buena, se pierde en un mar de chascarrillos, voces, saraos y música, gritos,
situaciones esperpénticas y ficticias, conversaciones vacías y topicazos de
libro. La escena se convierte en una caótica fiesta, rocambolesca, que pierde
credibilidad según va pasando el tiempo. Nos pierde lo risueño, y eso no
funciona con una película americana (ya no, quizás alguna vez funcionó) y menos
con una india, salvando las distancias. Una pena esta pérdida de veracidad.
Al
menos vemos que algo está cambiando por aquellos lares. Poco a poco, la
libertad de expresión poca, pero incipiente, el control cada vez mayor de la
mujer sobre sus ideas, su estética, educación, su manera de expresarse o sobre
su sexo y su natalidad (yo nací en un mundo donde las indias tenían una media
de ocho-nueve hijos)… En fin, ahí queda.
P.D:
Fotografía espectacular, a ratos auténticos bodegones. Música pegadiza.
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