Capitán
Kóblic, o simplemente Kóblic, es una coproducción hispano-argentina de 2016. La
película me ha parecido bastante interesante. Tiene toques, muchos, de un buen
western más que otra cosa, y el tiempo del metraje es justo, preciso, sin
andarse con enredos.
Tenemos al finales de los setenta, en plena
dictadura argentina, a un expiloto de la Armada, Tomás Kóblic “el polaco”
(Ricardo Darín, que brilla como siempre, con luz propia). Es un tipo sencillo
que huye de su pasado, de las pesadillas que le provoca haber participado en
los vuelos de la muerte. Su conciencia pesa más que un quintal de plomo. Los
vuelos de la muerte, por si no os suena, fue la atroz manera de quitarse de en
medio a los opositores a la Dictadura, soltados vivos y desde los cielos, al Océano
Atlántico. Algo terrible.
Kóblic intenta pasar desapercibido, y se
refugia en Colonia Elena, (como piloto de avionetas fumigadoras), un lugar que
tiene mucho de pueblito gringo del S.XIX, dominado y sojuzgado por el comisario
Velarde, un verdadero cabrón de mal trato y peores remedios, que tiene un
negocio montado de robo de ganado y oscuros tratos con la cúpula militar.
Pronto, Kóblic se verá en el ojo de un huracán de tejemanejes, engaños y alguna
cosa más…
La historia engancha. Es un thriller clásico,
con unos personajes muy bien definidos. Como digo, Darín brilla como él solo
sabe hacerlo, pero Óscar Martínez (Velarde) está también enorme. El trasfondo
histórico merece la pena. No hay que olvidarlo. Muy recomendable.
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