Si hubiese un asesinato en la comedia alemana de 2024, “Solo una noche de juegos”, podría ser una versión más de “Cluedo”, una “Room Movie” en la que los personajes que comparten salón, habitación, o casa directamente en un a noche tuvieran que averiguar quien es el malvado culpable de un asesinato…
Pero no, por ahí no van los derroteros de esta comedia romántica, que, antes de que acaben los créditos iniciales ya nos ha presentado a la pareja protagonista: Jan y Pía… Como se han conocido en un parque gracias a sus perros que estaban haciendo una representación de la Caída de Roma, la química entre ellos… Y la invitación por parte de Pía a Jan, de pasar una noche de juegos, jugando a distintos juegos de mesa, en casa de unos amigos de la alta burguesía berlinesa.
En la narrativa: Jan apenas tiene estudios y trabaja en su propia tienda de bicicletas. Pía se mueve por las altas esferas de la ciudad, tiene estudios, cambia trabajos buenos por otros más buenos, y se ha recorrido medio planeta.
A pesar de las diferencias económicas, sociales, y es posible que hasta políticas, tema en el que no se mete la película, la pareja parece funcionar bien. Hay un buen rollo desde el comienzo, que pronto se va a ir empañando, creándose un drama y una tensión creciente nada más llegar Jan y Pía al palacete de Oli y Karo, una pareja de ricachones que pasan por problemas matrimoniales, y que comparten vida con Kurt, un “Vive la Vida” un tanto parásito y necesitado de un cambio estético.
En la casa, además, está Gabriela, la sirvienta española (o mexicana, no me ha quedado claro del todo), Sheila (una amiga lesbiana que intenta superar una crisis de pareja desde hace meses), y en los alrededores de la casa, poniendo un punto de humor, Alex, el amigo de Jan, que cumple con todos los estereotipos y clichés de los personajes secundarios, tontorrones, con buen fondo y con algún que otro punto de humor…
La noche de juegos pronto se va a complicar cuando aparezca Matthias, un dentista de la alta sociedad berlinesa, antiguo novio de Pía, que se presenta pensando que puede recuperar a su antigua novia, y conseguirá tensionar el ambiente con Jan, mostrando las diferencias culturales, sociales y económicas que hay entre ese círculo de amigos y el propio Jan, que se siente como pez fuera del agua.
La película va mostrando las relaciones que hay entre cada uno de los miembros de esa extraña, y para mí, poco creíble pandilla de amigos en cada uno de los juegos de mesa que desarrollan, sacando a flote secretos, malos rollos, o idas de pinza directamente como una partida de ping-pong en pelotas entre Jan y Matthias, o la mutación de Oli en rey de los Elfos.
Para mí, los mejores puntos humorísticos son los relacionados con una cotorra o cacatúa, llamada Helmut Kohl, y las relacionadas con otra llamada Angela Merkel que Kohl ha matado a picotazos. Helmut Kohl se escapa y los comentarios sobre el político, digo… Sobre la cotorra, son muy buenos.
Donde no veo química es en el conjunto de los actores, puede llegar a ser creíble el tema del pique entre los dos hombres, pero todo lo que gira alrededor no me ha convencido, al igual que personajes como Sheila, Kurt y Alex, que en realidad tienen actuaciones muy contadas y puntuales. El cambio final, de la Mansión al Zoo de Berlín, tampoco ayuda a sostener esta comedia mucho más…
En mi opinión, del 4,5 no pasa, y quizás sea mucha nota. No es demasiado original, aunque tiene un inicio prometedor, alguna canción en alemán tampoco ayuda mucho, y a pesar de su metraje de una hora y media, reconozco haber comenzado a pedir la hora a la media hora escasa de juego…
En fin, me habrá pillado con el día malo. Echadle un vistazo, y ya me diréis qué os pareció a vosotros… “Solo una noche de juegos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario