“El Contratista” (Amazon,
2022) nos trae una historia que, a grandes rasgos, te la ves venir a una milla
y media de distancia, pero que puede llegar a entretenerte, siempre sin tirar
cohetes, según el grado de aburrimiento que tengas en ese momento.
En la narrativa tenemos a
James Reed, un sargento de marines que es dado de baja del ejército
estadounidense tras encontrarle en sangre más historias que a un habitual de la
Ruta del Bakalao.
Pronto las deudas llaman a
casa, con más insistencia que una comercial de Avon, y James en su búsqueda de
trabajo, es contratado por una empresa semiprivada, semigubernamental, que hace
operaciones encubiertas, recomendado por un antiguo compañero y colega.
En su primera misión, tienen
que desplazarse a Berlín, hacerse con unos supuestos estudios secretos sobre la
gripe y otros patógenos que lleva a cabo un doble de Franco Battiato a cargo de
Al-Qaeda, y ya en esa misma misión, James se da cuenta que la historia no es
como se lo han contado, sobre todo después de eliminar al científico, abatir a
140 policías alemanes, pasarlas canutas, que intenten matarlo 450 veces y no
sabe bien para quién está trabajando… Pronto, los amigos serán enemigos, y no
tendrá claro en quién confiar y en quién no.
La película tiene unos primeros cuarenta minutos soporíferos, tarda en arrancar y pocas, pero contundentes escenas de acción: Lo interesante (o curioso) es que, algunos personajes, antes de morir, le suelen dar información al protagonista. De su hora y cuarenta minutos, le sobra, perfectamente media hora. ¿El final? Regular. Lo dicho: A vuestra elección.
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