Atención, atención, spoilers a cascoporro… Ojo. Los que somos aficionados al mundo de los superhéroes, y con cierta edad, ya hemos visto de todo en los últimos cuarenta años. Tanto el cine, como las series de diversas plataformas, llevan años dándole vueltas de tuerca a este Universo del que siempre, o casi siempre, se saca algo de petróleo.
Por poneros un par de ejemplos: Hace unos años “Kick-Ass” lo petaba por la edad de los héroes, y por la violencia de ciertas escenas de acción, entre otras cosas. “The Boys” nos trae unos héroes que no lo son tanto, y con muchas bajezas y tibiezas más humanas que de las que pudieras esperar de unos tipos con capa…
Y “Samaritan” (Amazon, 2022), protagonizada por un septuagenario Sylvester Stallone, llega (por lo visto con un par de años de retraso en cuanto a su estreno) para participar en esa vuelta de tuerca que puede seguir dándose en el género, con una película que nos trae un mundo, una ciudad, donde dos poderosos hermanos, uno un héroe “Samaritan”, el otro un villano “Némesis”, tuvieron hace mucho tiempo un duelo a muerte con insospechados resultados. Los nombres, se los curraron mucho.
Uno de ellos, el malo, forjó un martillo después de ver un par de programas de “Maestros de la Forja” en Canal Historia (y es que no solo los buenos pueden portar un martillo, los malos también pueden si se lo proponen) para derrotar a su hermano. Tras una batalla épica, corta pero intensa, una explosión terminó supuestamente con la vida de los dos.
Sam, un nene de trece años, que intenta ayudar a su madre a pagar las facturas y es fan del difunto “Samaritan”, cree descubrir que su vecino, el Sr.Smith, que es Rambo y Rocky Balboa a la vez, es “Samaritan” después de quitarse a unos pandilleros de encima con suma facilidad y sobrevivir a un atropello de mucho cuidado.
Euron Greyjoy, alias Sirius, que se ha cansado de sus tejemanejes en “Juego de Tronos”, es el líder de una banda de atracadores que se hace con el martillo requisado de “Némesis”, con él quiere montar una revolución mientras sigue haciendo sus trabajos y tiene enganchado al propio Sam, y a parte de la policía de la ciudad.
Stallone pronto tiene que tomar decisiones, ya que Sam es secuestrado, y vemos cómo en realidad es “Némesis” reformado por la edad y el pasado, no “Samaritan”, algo que muy pronto en la película comienza a insinuar a través de recortes de periódicos, comentarios sobre su extraordinaria recuperación, o su afición por arreglar o crear cosas (por los programas de forja que vio en Canal Historia).
Recuperando su Alter Ego, se enfrenta al nuevo “Nemesis” y a su banda de pandilleros, logrando la victoria tras quince minutos de explosiones, tiros y hostias como panes.
La película es entretenida, y le veo guiños a “Robocop” (de hecho, sale una recreativa ochentera en varias ocasiones) en lo de la ciudad tomada por pandilleros infinitos (yo he contado 117 en total, todos armados hasta los dientes), “Karate Kid” en el rollo Maestro-Discípulo, o incluso en el villano al “Bane” de Batman, por estética, ideas y comportamientos. El desarrollo de las escenas finales, incluso, diría que bebe del arcade más típico y tópico. Me ha parecido que intenta crear algo de humor en determinadas escenas, pero desde luego no es el fuerte de la cinta, que explora la interesante idea de la redención, las segundas oportunidades y el comenzar de nuevo, si es que tu pasado y las bandas de delincuentes lo permiten.
Es muy curioso que se llame “Samaritan”, y que el tal “Samaritan” sea un héroe muerto, que finalmente no aparece en toda la película.
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