Me dice que no me cree, que me deje de decir bobadas y que vuelva con ella a casa. Bobadas, esa es la palabra. Ese no es tu sitio, me susurra, y yo la escucho, con la raíz de la duda cosquilleándome detrás de la nuca. Le digo que me lo pensaré y le cuelgo.
Vuelvo a la cocina. Me preparo un café, no sé si es el tercero o el cuarto de la tarde, y miro el lienzo, los colores en la paleta, el aceite de linóleo, los papeles de periódicos manchados con resto de óleo. La obra no me acaba de convencer. Comenzó siendo el tronco de un árbol, poco a poco le fui dando un fondo donde desarrollarse, después llegaron las ramas, algunas recias y otras delicadas, algunas hojas que me llevaron semanas enteras y un cielo infinito, contemplativo, que remata un cuadro aún inacabado.
Pienso en ella. Pienso en sus palabras mientras un sorbo de café acompaña mi mirada a través de las ventanas. Veo alejarse los autos por la calle, los viandantes que realizan sus últimas compras, parejas cogidas de la mano que se confiesan profundos sentimientos o que declaran sus más abyectos y sucios sueños.
Volver con ella a casa. ¿Acaso no estoy ya en casa?. Si esta no es mi casa, ¿porque no me siento incómodo junto a la vieja cafetera?. Me enciendo un cigarrillo y recostado en el sofá escucho la radio. Hablan de una docena de muertos en algún país de Asia. ¿Qué país?, no lo sé. Poco a poco, apuro el cigarro. Ladeo la cabeza para contemplar el lienzo. Me incorporo y cojo un pincel, remato una parte del tronco con un gris perla, tenue, no brilloso, que parece darle un toque casi mágico.
En la cocina como un sándwich mixto de jamón york y queso. Hace horas que no como. Enciendo la televisión mientras me enciendo otro cigarro. La tele tienda intenta venderme un pelador de patatas revolucionario. Decenas de testimonios avalan su fiabilidad, su uso práctico. Con el cenicero en el pecho, rematado de cenizas y colillas dobladas me quedo dormido, con la cabeza ladeada hacia ese árbol que he visto, poco a poco, crecer en el lienzo y con ella, con sus palabras, en el pensamiento.
Julio. 2.009.
“Bobadas” pertenece al grupo de relatos inconclusos que escribí este pasado Julio en cuatro servilletas de papel. Regresaba de comprar nutritiva comida para gatos del Lidl, cuando me entró unas ganas terribles de tomar un café. Nunca había entrado en ese bar, pequeño y sencillo, y desde la barra, pude oír con claridad la conversación que mantenían, (casi monologo por parte de uno de ellos), dos chicos jóvenes que tenían un cenicero casi a rebosar y cuatro tazas de café en una mesa cercana. De lo que oí, y de lo que supuse posteriormente, nació “Bobadas”… Por cierto, hoy me he levantado y me he preguntado a mi mismo en voz alta: ¿Cómo puedes ser tan puñeteramente feliz?, y Micho ha maullado cómplice…
22 comentarios:
Los bares son un excelente sitio para ver pasar la vida e inspirarse jeje. Lo dicen muchos escritores.
Todavía no sé en que se basa ese oscuro placer que consiste en observar un instante de vidas ajenas y a partir de él construir otra historia igual o distinta, qué más da.
Buena historia
Salu2
Muy interesante! Agrúpalas en un nuevo libro, todas las que se te ocurran.
Felicidades por ser feliz. Me encantan tus 'bobadas'.
:)
Es maravilloso que te sientas feliz y que además... te maullen.... jeje
Un beso y una "bobada" minino
Natacha.
Me dejas con una sonrisa.
Muy bello el cuadro de Delaunay y por supuesto tu escrito, evocando unos recuerdos tuyos de julio. Espero que sigas así tan imaginativo y tan feliz y que pronto puedas encontrar lo que buscas y que tanto cuesta en estos tiempos que corren. Besos y miiaaauus.
Lo dicho eres un gran escritor. Sabes cómo obtener la inspiración, sabes plasmarla y disfrutas con ello, se puede pedir más?.
Un saludo.
me alegro de esa pregunta retorica, porque eso significa que te has dado cuenta de que eres feliz en este justo momento y no cuando haya pasado. REecuerde este momento, reuerdalo, y pinta tu cara con una sonrisa.
Un beso GRAAANNNNDEEEEE
CASIO
``MADRE QUE LUGARES TAN GRATOS PARA CONVERSAR, NO HAY COMO EL SABOR DEL CAFE EN UN BAR...´´
MI AGOSTO LO HICE CONTANDO ESTRELLAS, Y FUE DE LOS MEJORES QUE RECUERDO...
SEMPER FIDELIS
Pues molan estas bobadas....... habrá más, no?
Bueno, lo de sentirte feliz, cómo me alegra, pero, pero, en este blog se fuma, no sólo se bebe absenta, que pase, pero fumar con lo que yo lo añoro...me ha parecido excesivo y lo de feliz debe ser por vivir en Badayork. Espero que los negocios vayan, abrazos
Me alegra saber que eres feliz, y te deseo que ese sentimiento te acompañe siempre. ¡Saludos!
Pues a mi el lienzo me gusta. Así a primera vista me ha recordado a Kandinsky, no sé quizás por los círculos.
Pues a mi me molesta bastante que mi interlocutor, ante algo que expreso, me diga, "bobadas". En fin, que me parece un poco irrespetuoso.
Un besote para los dos.
AAYYY Duncan, me quedo suspirando...
QUE BOBADA MÁS LINDA!...
ERES FELIZ PORQUE APRECIAS LAS COSAS SENCILLAS DE LA VIDA...AHI DICEN QUE ESTÁ LA FELICIDAD, YO SOY DE LAS QUE SE LA COMPLICA...
BESITOS.
¡¿En serio lo escribiste sobre servilletas?! ¡¿Y la historia se generó en un café, no en el "mecaíllo"?!
Francamente: ¡Me recordaste a esos escritores bohemios decimonónicos de los cafés parisinos! ;-)
Ya, en serio:
Muy bien narrada la "bobada".Es de esos relatos en los que no pasa nada, pero pasa "algo" que capta la atención del lector con fuerza (confusión y suspense por el estado de ánimo del único personaje).
Personalmente, me interesa cuando los que escriben cuentan cuál fue la idea qué originó la obra, no porque sea una cotilla, simplemente porque a veces cuentan cosas curiosas como en tu caso: podría parecer una experiencia personal, y se trata de una conversación ajena de personas que tú no conoces de nada.
El cuadro del personaje no sé cómo habrá quedado, pero el que tú has pintado te ha quedado muy bien.
Felicidades.Y a ver para cuando nos sorprende con otra "bobada"...
me encantan tus bobadas, pero aún más saberte feliz. Y ese maullido de Micho corrobora lo que pienso: eres un tipo afortunado. Un besote, mmmmeeeeeooooowww
Nos ha encantado leer tu relato. ¡Qué útiles son, a veces, las infravaloradas servilletas de papel! Y, con respecto a la felicidad, ¡no dudes en seguir disfrutando cuanto puedas de su compañía!
¡Maullidos a Micho y saludetes para ti!
Me ha encantado el relato pero también me gusta muchísimo saber que eres muy feliz. Me ha hecho sonreír del buen rollito que me ha dado la última frase. Sera que te lo mereces, ¿no?
Un beso enorme.
Yo hago eso en el tren. detrás de mis gafas y algún diario... jeje!
Besotes hombre feliz.
:)
La felicidad está donde uno quiere que esté y con quien uno desée que esté.
enhorabuena por ser tan feliz :DDD
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