A pesar de que “Adú” (2020) se
estrenó hace un mes, y en muchos cines ya no se exhibe, me he aguantado hasta
hoy para verla con los alumnos del Instituto.
La película, tengo que decir,
me ha gustado mucho porque toca varios palos a la vez en las casi dos horas que
dura. Tenemos tres historias divididas, tres hechos, que llegan a rozarse, pero
sin tocarse, pero sin unirse, y eso es, quizás uno de sus puntos buenos. El
espectador espera que todo se una en una historia común tarde o temprano, pero
eso no es del todo así.
Tres Guardias Civiles se
enfrentan a un juicio por la muerte de un inmigrante en la valla de Melilla. Un
tipo que trabaja para una ONG (Grande, por variar, Tosar) se enfrenta a la dura
realidad de ser padre de una chica, ya mayor, que tontea con las drogas y que
puede acabar mal, aparte de que salvando elefantes tampoco es que destaque (el
padre, digo). Y, después, tenemos a Adú. Un nene que vive en Camerún, y cuya
vida se ve trastocada el día que ve, junto a su hermana, a unos fugitivos matar
a uno de los elefantes que el cooperante, se supone, tiene que proteger.
Con esas tres realidades, se
teje una película muy bien hecha, cocida a fuego lento, que me ha resultado de
lo mejorcito del cine español de los últimos años. Una película reflexiva, que
te hace querer saber más de Adú, de su situación y de su vida, y te la enfrenta
con los problemas del Primer Mundo (las drogas de la joven, hija del
cooperante), que son distintos, no digo menos o más graves, pero si distintos.
Hay un personaje, secundario,
pero vital en la trama, que es Massar. Un joven que huye a España buscando un
mundo mejor, que se prostituye para poder sobrevivir, y que, en un momento
dado, acompañará al pequeño Adú en su odisea particular. Es un personaje que
está muy bien conseguido y presentado.
La película me ha gustado
mucho, y de hecho, he pensado, que, si ha hecho pensar a algunos de los alumnos
que la han visionado conmigo… Habrá cumplido con su finalidad. No dejéis de
verla. Es imprescindible, en mi opinión.
2 comentarios:
El cine español poco a poco está consiguiendo muy buenas películas,el problema es que en España no lo valoramos lo suficiente.
Te iba a recomendar La trinchera infinita, pero ya te he leído que la has visto. Hay de todo Beni, yo me he tragado muchos bodrios de cine español actual, bastante infumables, de los que ni he llegado a dedicarle cuatro líneas, pero de vez en cuando aparece Adú o La Trinchera infinita, y dices: Chapeau.
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