El entrañable Sonic, el erizo
azul que alcanza velocidades impresionantes, y que coge anillos de oro en los
videojuegos para que no le quiten la última vida, cumple treinta años en 2021.
Y no hay mejor manera de celebrar que este personaje sigue siendo muy popular,
entre cuarentones y nuevas generaciones, que hacerle una película, que, por
cierto, me ha sorprendido gratamente, por sus aventuras, sus gracietas y algún pullazo
a la competencia: “No me gustan los champiñones” … Ay, este Sonic, si Toad de
Super Mario Bros te escuchara… En fin. Sesión matinal, y la sala hasta arriba
salvo las cinco primeras filas. Pandillas, niños, padres, gente rara… De todo.
La película nos cuenta la
historia de Sonic, que en su planeta natal es el protegido de una búho, que
sabe que sus poderes levantan pasiones, y no precisamente buenas: “Tener un
gran poder conlleva tener muchos enemigos”, o algo parecido. En un ataque a
Sonic, la búho (cuyo nombre no recuerdo) le da unos anillos de oro con los que
puede cambiar de mundo cuando sea atacado, y Sonic acaba usando el primer
anillo, en Green Hills (Montana), donde comenzara a espiar a la gente del
pueblo, y en especial al sheriff (Tom) y a su señora.
Un buen día, en un arrebato,
provoca un corte de luz que afecta a toda la costa oeste del país, y eso traerá
el interés del gobierno, y de un científico muy especial, Robotnik (un histriónico
Jim Carrey), que intentará cazarlo por todos los medios mientras demuestra su
falta de empatía con el personal, como buen científico loco…
Es una película donde los nenes
pequeños se han reído bastante, incluso han aplaudido. Es entretenida, divertida,
se deja ver, y tiene una escena post-créditos muy especial, que hará las
delicias de los que conocen el videojuego, y que augura nueva entrega pronto…
2 comentarios:
¡Hola! La vimos hace unos días y nos pareció muy divertida, tanto para los más peques como para adultos ;)
Besos
Siiii, A mi me animó vuestra crítica. Muy entretenida y divertida.
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