“Hasta Siempre, hijo mío”
(2019) es una película china, con ciertos tintes críticos (ya es raro) sobre la
historia de dos matrimonios chinos muy unidos, desde los ochenta, hasta antes de
ayer.
La película está muy bien
enfocada, porque vemos la evolución de la sociedad china, desde la política del
hijo único, los arrestos por montar un guateque, el trabajo en las fabricas o
las relaciones entre parejas.
Las dos parejas tienen sendos
hijos varones, y la muerte de uno de ellos, es el punto de inflexión en la vida
de todos. De hecho, la pareja que pierde el hijo, llega a adoptar a otro, como
si no hubiese pasado nada… Un antes y un después trágico, que cambia su vida en
todos los aspectos. Desde el punto de vista sentimental, hasta el laboral, y
cada uno seguirá adelante a su manera, mientras van recordando como se llegó
hasta la actualidad, y la evolución de cada uno de los personajes, y del propio
país. El final es muy emotivo.
La película no está mal. Dura
tres horas, y le sobra media hora larga perfectamente, para explicarnos lo
mismo. La banda sonora se compone, básicamente, de la canción “Auld Lang Syne”,
que la tocan y cantan de treinta y ocho formas diferentes, para que el
espectador se levante odiando la tonadilla hasta el fin de sus días.
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