Hace mucho tiempo que no me
tragaba una de esas películas de miedo, o de terror, que te dejan con un buen
gustillo. “The ritual” (2017) me ha parecido una de ellas, y la verdad es que
la he disfrutado mucho, prácticamente desde el principio.
Un grupo de cinco amigos,
antiguos compañeros de Universidad, salen de marcha. En un momento en que uno
de ellos va a comprar una botella de vodka, es asesinado en la tienda, delante
de otro de ellos, que, escondido entre los estantes, no hace nada por impedirlo
(Luke, cuya cobardía y miedos, están muy presentes en la película).
Seis meses después. El resto
de amigos, cuatro, se van de excursión por las montañas de Suecia, con el fin
de hacer un viaje dedicado a la memoria del difunto. Pronto se pierden en un
bosque, y se ven vistos a pasar la noche en una casa, advocada a una deidad nórdica
pagana, una especie de semidios o monstruo de los bosques.
Pronto, el grupo entra en discusiones
y recelos. El personaje de Luke es el mejor definido. Los otros son más de
relleno, aunque hay que reconocer que el grupo de amigos es bastante creíble,
algo difícil de lograr en este tipo de películas.
El caso es que, como toca,
aquí empiezan a cascarlas como cosa mala, y se dan cuenta de que en el bosque,
aparte de la deidad malvada (que es una pasada, anda por ahí a plena luz del
día), hay también un grupo de acólitos demoniacos, que están como una p.cabra…
Lo malo: Usar la música, como
suelen hacer este tipo de películas, para darte vuelcos al corazón, y que los
acólitos suecos parezcan granjeros confederados de la América profunda.
Lo bueno: Me ha parecido “original”,
cambiar a las típicas brujas, por un bicharraco nórdico. Está basada en un
libro de Adam Neville. Que la cinta dure una hora y media, también es de
agradecer.
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