¡Ay!, lo que me he hartado de
llorar viendo “Coco” (2017). Y es que siempre fui de lagrimita fácil, pero he
de reconocer que la película me ha llegado, vamos… Que se las trae de
requetebuena.
Colecciona varios sacos de
premios, y ciertamente no me extraña. Colorida y con una preciosa historia
detrás. Miguel es un joven "chamaco" que quiere ser músico. Adora a un músico y
cantante de seriales mexicanos, Ernesto de la Cruz, fallecido años atrás. Él
quiere emularlo y tocar la guitarra como su ídolo, pero su familia se niega en
rotundo.
Entonces, una noche, viaja al “Mundo
de los muertos”, donde se encuentra con su familia fallecida, y con su propio
pasado… A mí, personalmente, ya os digo: Me ha encantado. La considero casi una
Obra Maestra de la animación, un canto a la familia, a la música, y, a ese país
que tanto queremos todos… México. Conmovedora, de las que te tocan las fibras,
Uffff, espectacular “Coco”, esta es una de esas películas difíciles de olvidar.
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