Vale,
venga, lo reconozco. He llegado más de tres años tarde a “Black Sails” (2014),
pero es que entre tanta serie, películas y libros, es difícil estar en todas…
¿Qué
es “Black Sails”?, pues se puede definir como la precuela de “La Isla del
Tesoro” de Stevenson, aquella novela de piratas que nos leíamos en la juventud
(yo me la leí en su día, hace más de treinta años). La acción transcurre como
unos veinte años antes. Los protagonistas, piratas históricos, como el Capitán
James Flint, Jack Rackham (Cálico Jack), John Silver (el protagonista de “La
isla del Tesoro”) o Anne Bonny… Cuya misión es hacerse ricos a base de atacar
galeones españoles.
La
Primera Temporada, lo reconozco, no me enganchó totalmente hasta el quinto
episodio. Mucho Bla, bla, bla… Poca acción, pocos combates… Pero a partir de
ahí, la cosa se pone interesante, sobre todo en su búsqueda del “Urca de Lima”,
un galeón (que presumo que sería el Santísima Trinidad), fuertemente armado, y
con más de cinco millones doblones de oro. ¡Doblones de a ocho!, que diría
cualquier loro que se precie. En la Segunda Temporada descubres que ya estás
muy enganchado, y no puedes dejar de ver episodio tras episodio… (Son Cuatro
Temporadas).
Con
una estética bien conseguida, grandes efectos, escenas de sexo para no quedarse
detrás de “Juego de Tronos” y una buena dosis de intriga, “Black Sails” es una
buena opción si te gusta el cine de piratas, que quedan bien retratados como lo
que eran, unos valientes hijos de puta, ladrones, astutos, asesinos, mendigos
del mar… Muy recomendable.
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