En
“La gran muralla” (2016), nos encontramos con una superproducción china, con
Matt Damon y Pedro Pascal (que aprovecha el tirón de “Juego de Tronos”), como
protagonistas principales. Estamos en pleno S.XV, y las potencias europeas
codician la pólvora negra, cuyo secreto guardan celosamente los chinos.
Dos
mercenarios, uno inglés y otro español, llegan hasta las mismísimas puertas de
la Gran Muralla China buscando hacerse con ese codiciado secreto. Son los dos
últimos supervivientes de una expedición de veinte hombres. Capturados por los
chinos, más pronto que tarde se dan cuenta de su situación. La Muralla protege
al Milenario Imperio, no de los mongoles ni de los Testigos de Jehová, sino de
algo mucho más terrorífico: Monstruos. Unos bichos verdes, de diversa índole y categoría,
que pretenden invadir el país y merendarse hasta el último de sus habitantes.
Pero ahí está Matt Damon para evitarlo con su arco (cual Légolas), y sus buenos
modales…
La
película rebosa efectos especiales hasta en la sopa. La trama deja mucho que
desear. La imagen de los españoles, por variar, no sale muy bien parada. Es una
película realizada para el gran público, puro entretenimiento, para no pensar
mucho y dejarse llevar por las oleadas de cucarachas verdes que lo
protagonizan. ¿Se deja ver? Sí, pero a mí me ha llegado a aburrir. Ahí queda.
P.D:
La presencia de Dafoe no salva la película.
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