Pues
claro. Lo reconozco. Después de tragarme de una tacada la primera temporada de
Westworld, la serie, me dije: “Hay que volver a ver Almas de Metal (1973)”.
La
vi muy pequeño, no recuerdo si en el video Beta o en el VHS, y ya entonces Yul
Brynner me dio pavor, impecable en su persecución, con sus ojos robóticos fijos
en sus víctimas.
Dirigida
por Michael Crichton, un tipo obsesionado ya desde entonces por los parques de
atracciones caros que acaban mal (o son pistoleros, o son dinosaurios), en “Almas de Metal” nos encontramos tres temáticas
diferentes: Roma, Mundo Medieval y Lejano Oeste.
Un
par de amigos, Peter y John, van de vacaciones al parque, por mil pavos el día, dirigido por la empresa Delos.
Ellos eligen el Lejano Oeste, que es donde les lleva un futurista hovercraft
volador.
Nada
más llegar se encuentran con el pistolero robótico encarnado por Yul Brynner.
Peter, que al principio no está muy convencido, acaba cogiéndole el gusanillo
al colt 45, al fin y al cabo, puedes matar (y otras cosas también) sin que los
androides te hagan daño… Hasta que algo sale mal, y los androides comienzan a
matar a los visitantes del parque.
Las
subtramas se basan en Roma y en la Edad Media, con personajes secundarios, que
realmente aportan poco (en mi opinión) a la trama principal.
Hombre,
la tecnología que vemos en la película es de hace cincuenta años, hoy nos hacen
sonreír esos viejos monitores, botones y demás transistores que aparecen (a mí
me recuerdan a los viejos cómics de Iron Man), y los efectos son regulares, como
la vista pixelada del pistolero, pero no por ello deja de ser una película
entretenida, un clásico del cine de todos los tiempos.
P.D: A los cinco o seis años, se rodó "Mundo Futuro", la segunda parte, que pasó sin pena ni gloria. En la que los tipos de Delos volvían a las andadas con sus queridos androides, en una confabulación con tintes ya apocalípticos...
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