Lo
reconozco. Hace unos días que lo terminé de leer, pero no me atrevía a
dedicarle unas pocas líneas a este libro. Estaba algo enfadado con su
protagonista, con su historia. Y reconozco que iba a comenzar con un: “Esta es
la historia de un pagafantas…”, pero no hubiera sido justo. Quizás por ello he
dejado el libro en la estantería unos días hasta hoy, porque esta es una
bonita, y triste, historia de amor.
Irene
Adler, o Irene Gundlach, por su marido, es una bella joven rubia. Protagonista
de un cuadro: Mujer bajando una escalera. En el cuadro aparece desnuda y
radiante. Fue un encargo de su marido, el millonario Peter Gundlach, al pintor
Karl Schwind, el cual se enamoró de la joven y se convirtió en su amante.
Desde
entonces, los dos hombres se enfrentan por la misma mujer, y por el cuadro.
Pero aparece un joven viudo, pero exitoso abogado alemán, para litigar en el
caso y… Se enamora, igualmente, perdidamente, de la misma mujer, de Irene.
Irene utiliza a los hombres para conseguir sus
fines, y después desaparecer en la nada, pero nuestro protagonista se ha
enamorado de verdad, y lo va a demostrar…
“Mujer
bajando una escalera”, de Bernhard Schlink es el primer libro que he tenido el
placer de disfrutar del autor de “El lector”. Tiene una narrativa sencilla, un
ritmo fluido y una historia de esas de amor verdadero, de emociones fuertes.
Muy entretenida.
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