Kubo y las dos cuerdas mágicas.
Estamos ante un peliculón, a mi parecer, de animación.Cine mayúsculo, estética japonesa, talento y producción gringa. Es una de las mejores películas de la temporada y se nota el trabajo bien hecho, desde principio a fin.
Kubo vive con su madre en una cueva, se gana la vida con su "sitar japonés" que tiene el poder de dar vida a trozos de papel, que se transforman en un origami mágico, en gran cantidad de cosas. Un día, unos malvados espíritus, que a la postre son sus tías (y que son una versión femenina y malvada de Raiden, de Mortal Kombat), se presentan para acabar con él. Su madre lo salva "in extremis", y a partir de ese momento, se entera de que Kubo es nieto del Dios Luna. Un dios malvado y fanático que lo castigó al nacer arrebatándole el ojo que le falta, porque su madre se había enamorado de un mortal.
Entonces Kubo hará un viaje en busca de respuestas, en compañía de una mona blanca y un samurai escarabajo, con los cuales se embarcará en la misión de encontrar tres armas mágicas que le ayuden a enfrentarse a sus tías, y finalmente, a su abuelo...
La película depara algunas sorpresas. Es una obra magistral en guión, ejecución y desarrollo narrativo. Y, desde luego, es más que recomendable.
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