¿Tan
buena es la serie? La verdad es que sí. “Stranger Things” ha sido para mí un
agradable descubrimiento. Veremos si no se convierte en serie de culto en un
tiempo. Me gusta todo, salvo el doblaje al castellano de algún personaje, que
chirría un poco. Pero, ¿Por qué es para tanto?, Ufff, porque es muy original
sin serlo en el fondo ¿Eiiin?
A ver, estamos en 1983. Reagan, la Guerra de
las Galaxias, la Guerra Fría… En este marco incomparable tenemos un grupo de
chicos, fans de Dragones&Mazmorras (el juego de rol, no la serie de dibujos),
muy del estilo Los Goonies, que viven en pueblo muy estilo ET de Steven
Spielberg, con su pinta ochentera, hermanos mayores adolescentes con sus
movidas, institutos clásicos con profesores enrollados aunque bastante
perdidos, etc. Las continuas referencias al cine, a la época aquella para mí
tan entrañable, son continuas. Por Dios, Walkies de ocho palmos.
Entonces, una noche, pasa algo extraño, y uno
de los chicos, cuando volvía a casa, desaparece… Y hasta aquí os voy a contar.
Nada de spoliers, nada de fastidiaros la historia. Merece mucho la pena que veáis
la serie, con su música electrónica, sus créditos ochenteros, su rollo
Poltergeist y esos teléfonos de rueda que los nenes de hoy no saben usar. Por
cierto, Wynona Ryder lo hace muy bien, en su papel de madre desesperada.
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