…Me disponía esta mañana a recoger mis calzoncillos del tendedero, cuando al entrar en el Patio-lavadero he sido testigo de una curiosa conversación, casi un monólogo. Teníamos una visita inesperada. Se trataba de un individuo con barba de tres días, que vestía armadura, yelmo en la mano, espada al cinto, faldita hortera que emulaba a los kilts escoceses y chanclas del chino para rematar la faena estrafalaria.
Exhortaba a Michel IV de Gato, el cual escuchaba interesado junto al naranjo que representa las libertades gatunas y felinas, a una revolución armada para lograr la independencia del Patio-Lavadero:
- “…Tienes que alzarte por tu libertad, y el mejor camino para conseguir la libertad añorada es la guerra. Es así de crudo, pero tan cierto como que la Belén Esteban tiene una nena que se llama Andreita que no se come el pollo…”, arengaba el tipejo.
Michel contestaba que no contempla la violencia para lograr sus objetivos independentistas, cree en la Alianza de Civilizaciones, el talante y el diálogo entre los pueblos del mundo (a pesar de tener a Stalin como uno de sus ídolos ideológicos), y entre otras coisas porque podría perder en una confrontación armada parte de la salud, y posiblemente, el Estatuto de Autonomía que tenemos medio redactado (gato inteligente), e igualmente porque aún espera respuesta y apoyo de sus peticiones nacionalistas por parte de Estrasburgo, la ONU, Barack Obama y Royal Canin.
Dicha respuesta “pacifista” irritó al tipejo de espada y yelmo broncíneo, que volvió a la carga con nuevas razones que invitaban al minino a pasar de la Gato Borroka (la cual consiste fundamentalmente en tirar macetas y arañarme los sillones del salón), a la lucha armada directa, a tomar una posición bélica en el conflicto.
A todo ello, yo recogía mis calzoncillos Dustin de algodón (18,90 Euros en El Corte Inglés), aparentemente invisible a los ojos de los interlocutores. Llegado el momento, carraspeé y me acerqué en dos pasos al animado dúo, percibí que al tonto de la faldita le acompañaban un buitre pequeño y un pájaro carpintero, extrañas aves de compañía.
- “Buenos Días, ¿Quién es usted y que hace en MI Patio-Lavadero?, espeté al barbado belicoso de tres días, que Atenea lo confunda.
- “Soy Ares, empresario, habrá oído hablar de mi y de mis fructíferos negocios en Irak, Afganistán, Somalia, Zaire…”, sonrió con una mano puesta en la empuñadura, desafiante.
- “…Si, claro que si, y de sus consecuencias, el horror, la pena, la crueldad, la tristeza, la agonía, la barbarie, la atrocidad, le acompañan allá donde va… Debe usted sentirse orgulloso de sus actos…”, le increpé, “…Pero si me disculpa, su presencia aquí no es necesaria, ni grata, así que ya puede irse a otro con el cálido Céfiro, de alados labios, con sus aborrecibles negocios…”.
- “…Hablas igual que un acolito de Atenea, hermanastra tonta y terca donde las haya…”, bramó ciertamente cabreado.
- “… Venga, SAAAAPE, y llévese a los bichejos esos con usted que me están llenando el patio de cacas y plumas…”.
Le acompañé a la puerta y allí lo dejé plantado, serio y tenso, deseándole suerte con Amparo, la esfinge del Rellano, cuando saliera del ascensor. En cuanto a Michel, le puse un descafeinado de sobre, le dí “El País” y sus gafitas de leer de cerca para que se entretuviera, y le dije muy serio:
- “…La violencia nunca fue la solución, nunca conduce a nada bueno. La guerra es aborrecible, cruel, triste, dolorosa… Escribe una carta a Moratinos anda, al Juez Garzón, llama a tu amiguito Hugo Chávez a ver que se cuenta, o al bueno de Evo Morales, a ver que empresa privada está nacionalizando ahora, o a Raúl Castro que te enseñe a cantar en chino mandarín, u observa como Sísifo coge el autobús número 11 arrastrando su enorme maletón… Y quítate de la cabeza ideas absurdas y peregrinas sobre el uso de la violencia… Violencia no…”.
Y allí lo dejé con un ojo más abierto que otro, asintió con la cabeza, y comenzó a lamerse una pata…
Exhortaba a Michel IV de Gato, el cual escuchaba interesado junto al naranjo que representa las libertades gatunas y felinas, a una revolución armada para lograr la independencia del Patio-Lavadero:
- “…Tienes que alzarte por tu libertad, y el mejor camino para conseguir la libertad añorada es la guerra. Es así de crudo, pero tan cierto como que la Belén Esteban tiene una nena que se llama Andreita que no se come el pollo…”, arengaba el tipejo.
Michel contestaba que no contempla la violencia para lograr sus objetivos independentistas, cree en la Alianza de Civilizaciones, el talante y el diálogo entre los pueblos del mundo (a pesar de tener a Stalin como uno de sus ídolos ideológicos), y entre otras coisas porque podría perder en una confrontación armada parte de la salud, y posiblemente, el Estatuto de Autonomía que tenemos medio redactado (gato inteligente), e igualmente porque aún espera respuesta y apoyo de sus peticiones nacionalistas por parte de Estrasburgo, la ONU, Barack Obama y Royal Canin.
Dicha respuesta “pacifista” irritó al tipejo de espada y yelmo broncíneo, que volvió a la carga con nuevas razones que invitaban al minino a pasar de la Gato Borroka (la cual consiste fundamentalmente en tirar macetas y arañarme los sillones del salón), a la lucha armada directa, a tomar una posición bélica en el conflicto.
A todo ello, yo recogía mis calzoncillos Dustin de algodón (18,90 Euros en El Corte Inglés), aparentemente invisible a los ojos de los interlocutores. Llegado el momento, carraspeé y me acerqué en dos pasos al animado dúo, percibí que al tonto de la faldita le acompañaban un buitre pequeño y un pájaro carpintero, extrañas aves de compañía.
- “Buenos Días, ¿Quién es usted y que hace en MI Patio-Lavadero?, espeté al barbado belicoso de tres días, que Atenea lo confunda.
- “Soy Ares, empresario, habrá oído hablar de mi y de mis fructíferos negocios en Irak, Afganistán, Somalia, Zaire…”, sonrió con una mano puesta en la empuñadura, desafiante.
- “…Si, claro que si, y de sus consecuencias, el horror, la pena, la crueldad, la tristeza, la agonía, la barbarie, la atrocidad, le acompañan allá donde va… Debe usted sentirse orgulloso de sus actos…”, le increpé, “…Pero si me disculpa, su presencia aquí no es necesaria, ni grata, así que ya puede irse a otro con el cálido Céfiro, de alados labios, con sus aborrecibles negocios…”.
- “…Hablas igual que un acolito de Atenea, hermanastra tonta y terca donde las haya…”, bramó ciertamente cabreado.
- “… Venga, SAAAAPE, y llévese a los bichejos esos con usted que me están llenando el patio de cacas y plumas…”.
Le acompañé a la puerta y allí lo dejé plantado, serio y tenso, deseándole suerte con Amparo, la esfinge del Rellano, cuando saliera del ascensor. En cuanto a Michel, le puse un descafeinado de sobre, le dí “El País” y sus gafitas de leer de cerca para que se entretuviera, y le dije muy serio:
- “…La violencia nunca fue la solución, nunca conduce a nada bueno. La guerra es aborrecible, cruel, triste, dolorosa… Escribe una carta a Moratinos anda, al Juez Garzón, llama a tu amiguito Hugo Chávez a ver que se cuenta, o al bueno de Evo Morales, a ver que empresa privada está nacionalizando ahora, o a Raúl Castro que te enseñe a cantar en chino mandarín, u observa como Sísifo coge el autobús número 11 arrastrando su enorme maletón… Y quítate de la cabeza ideas absurdas y peregrinas sobre el uso de la violencia… Violencia no…”.
Y allí lo dejé con un ojo más abierto que otro, asintió con la cabeza, y comenzó a lamerse una pata…
6 comentarios:
Maravilloso alegato humorístico-mitológico-pacifista jeje.
Me encanta que tras las aventuras y desventuras que Michel IV de Gato y tú tenéis siempre haya un profundo mensaje.
Besos
Es original esta manera de escribir que tienes, aunque al principio no entendía muy bien de que iba. Pero releyéndola me ha gustado que a través de esos personajes, vayas introduciendo mensajes anti-violencia y es simpático Michel IV de Gato. Gracias por ponerme en tu lista.
Al menos Michael y tú estáis de acuerdo en algo importante.
Besos.
Si en alguna ocasión este Michel se pone pelín violento o ve en las armas una manera rápida de conseguir sus fines, no lo dudes: ponle IMAGINE de Lennon a todo volumen!!! Ya se sabe que la música amansa las fieras...
Muy buen post, Duncan. Muakk
duncan, acabo de leerle. Michel es tan sofisticado que el pensamiento resultante es de una complejidad ideológica que debería hacerme un mapa conceptual para aclararme, volveré más despacio. Besos para los dos.
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