Desde hace años colecciono reproducciones de arte. No obras de arte, porque para mi misero sueldo hubiera sido un palo, y yo que siempre me conformé con poco, vi en las reproducciones una buena manera de acercarme al arte, y no sólo eso, sino un buen material para utilizar en un futuro como docente, futuro que por cierto, se me resiste incomprensiblemente.
Entre estas reproducciones, aunque falsas no muy baratas, tengo un jinete ibero, una vasija griega de las que vulgarmente calificamos de “Pinturas Negras”, un vaso romano, alguna que otra estatua de algún sumerio oferente y copias renacentistas, metopas griegas, grabados, y entre ellas, destaco una a la que tengo especial cariño, por ser muy fiel al original… Se trata de la Venus de Willendorf. También tengo la Venus de Lespuge, pero le tengo más devoción a la de Willendorf…
La Venus de Willendorf es una pequeña estatuilla de unos once centímetros, algunos dicen que de un recién nacido neolítico, aunque yo me inclino por las bibliografías que la sitúan en el Paleolítico Superior, que apareció un buen día en el yacimiento que da apellido a dicha estatuilla.
Lo más característico de esta estatuilla es la exageración de algunas partes de su cuerpo: Pechos, vulva, nalgas y abdomen (esteatopigia la llaman a sus espaldas). Algunos pensaron, en un principio, que podría tratarse de una idea convencional, no realista, de belleza prehistórica, que bien podría haber firmado el bueno de Rubens. Pero pronto se decantó, y triunfó la idea que relacionaba fertilidad con dicha voluminosidad.
Así pues, no se trata de un retrato, no se le representa la cara, es más bien un arquetipo. Los brazos pequeñitos, aparecen pegados al cuerpo, y sus piernas, grandes, completan la pequeña figura, la cual no tiene pies, quizás perdidos, quizás no esculpidos... Curioso es el cabello de la Venus, que es como una enorme trenza que rodea toda la cabeza de la misma…
Aún así, parece que no fue una estatua para ser venerada (nada de altares), sino que podría haberse usado como amuleto de fertilidad, o quizás relacionada con el culto a la Madre Tierra. La original la podréis ver en Viena cuando vayáis algún día a pasearos bajo los verdes tejados palaciegos de la capital, según dicen, más romántica de Europa. La copia, al menos, una de ellas, descansa en una estantería de mi vida diaria, junto a la Venus de Lespuge, con la que comenta distraídamente lo que ha cambiado el cuento…
P.D: Hay alguna que otra referencia a la Venus de Willendorf en el cine. Mi favorita es su aparición en “El Guerrero número 13” de Antoñito Banderas, donde la Venus es adorada por un clan neolítico que le hace la vida imposible a los vikingos, algo históricamente alucinante, pero entretenido. Y en “Hellboy II”, sale en un par de secuencias en una subasta en la que se encuentra presente Santiago Segura, aunque en este caso mide unos cuatro metros...
Entre estas reproducciones, aunque falsas no muy baratas, tengo un jinete ibero, una vasija griega de las que vulgarmente calificamos de “Pinturas Negras”, un vaso romano, alguna que otra estatua de algún sumerio oferente y copias renacentistas, metopas griegas, grabados, y entre ellas, destaco una a la que tengo especial cariño, por ser muy fiel al original… Se trata de la Venus de Willendorf. También tengo la Venus de Lespuge, pero le tengo más devoción a la de Willendorf…
La Venus de Willendorf es una pequeña estatuilla de unos once centímetros, algunos dicen que de un recién nacido neolítico, aunque yo me inclino por las bibliografías que la sitúan en el Paleolítico Superior, que apareció un buen día en el yacimiento que da apellido a dicha estatuilla.
Lo más característico de esta estatuilla es la exageración de algunas partes de su cuerpo: Pechos, vulva, nalgas y abdomen (esteatopigia la llaman a sus espaldas). Algunos pensaron, en un principio, que podría tratarse de una idea convencional, no realista, de belleza prehistórica, que bien podría haber firmado el bueno de Rubens. Pero pronto se decantó, y triunfó la idea que relacionaba fertilidad con dicha voluminosidad.
Así pues, no se trata de un retrato, no se le representa la cara, es más bien un arquetipo. Los brazos pequeñitos, aparecen pegados al cuerpo, y sus piernas, grandes, completan la pequeña figura, la cual no tiene pies, quizás perdidos, quizás no esculpidos... Curioso es el cabello de la Venus, que es como una enorme trenza que rodea toda la cabeza de la misma…
Aún así, parece que no fue una estatua para ser venerada (nada de altares), sino que podría haberse usado como amuleto de fertilidad, o quizás relacionada con el culto a la Madre Tierra. La original la podréis ver en Viena cuando vayáis algún día a pasearos bajo los verdes tejados palaciegos de la capital, según dicen, más romántica de Europa. La copia, al menos, una de ellas, descansa en una estantería de mi vida diaria, junto a la Venus de Lespuge, con la que comenta distraídamente lo que ha cambiado el cuento…
P.D: Hay alguna que otra referencia a la Venus de Willendorf en el cine. Mi favorita es su aparición en “El Guerrero número 13” de Antoñito Banderas, donde la Venus es adorada por un clan neolítico que le hace la vida imposible a los vikingos, algo históricamente alucinante, pero entretenido. Y en “Hellboy II”, sale en un par de secuencias en una subasta en la que se encuentra presente Santiago Segura, aunque en este caso mide unos cuatro metros...
16 comentarios:
Gracia spor tus conocimientos, yo tenia cierta idea del significado de esta estuilla y la verdad es que me sorprendio mucho cuando la vi en "el guerrero nº 13" una peli que solo vi por MI ANTONIOOO... pero bueno ese es otro tema claro.
Que más tienes? ¿que más nos cuentas?
Yo me he compredo una "mala copia" de lo que se cree que era la tapa de una sepulcro maya, donde aparece una especie de astronauta, una cruz (antes de que llegaran los cristinaos por esos lares)y mil cosas más que a ver si identifico.
cuando averigue un poco más te lo cuento.
Todas las Venus son bellas aunque esta....
besitos mil
Qué pena que no se venere la fertilidad de la misma manera ¿verdad? Y ahora tengamos que estar todo el día mirando si hemos ensanchado la cadera...
Andreu, siempre me ha encantado el arte antiguo, y esta, para mi, es graciosísima... creo que de lo mejor del arte prehistórico.
Un besazoooo!
Recuerdo haberla estudiado en Historia del Arte. Es muy curiosa y rechonchita. Imagino q todo un hallazgo para quien la encontró.
Ya vamos conociendo tu colección. Muy interesante, sin duda.
Muakk
¡Chico, tú lo que tienes es el Louvre, La Natinal Gellery, Museo de la Acrópolis, el arqueológico de Madrid...!
¡Menuda colección! Y yo que creía que tenía una buena colección de postales o diapositivas que compraba en mis viajes.
Hay innumerables venus, de éste tipo y sí siempre he entendido que eran figurillas que se mantenían en el ajuar de los hogares como simbolo de la fertilidad y la bonanza que ella traería a la familia.
También a mi me gusta guardar algunas joyas, tengo un pebetero preincaico, según reza en el documento que lo acompañaba autentico y creo que así es ,pues de quién me lo regaló y en la ocasión en que lo hizo no dudo. Tengo un tapiz, manto...que viene de un enterramiento Inca y una ofrenda a la tierra totalmente autentica, representa la talla en piedra de un animal...carnero, oveja, que eso sí, está arropado con una greca en plata que es de nuestros tiempos, pero la piedra es una preciosidad y está documentada...
Un beso.
Ya sabía la mayoría de cosas que has contado, pero no está de más recordarlas. Además como siempre eres muy didáctico jeje.
Por cierto, tiene que estar curioso tu mini-museo de copias jeje.
Pienso: Si voluminosidad y fertilidad estaban unidos seguro que las mujeres neolíticas eran las últimas en pasar hambre en caso de escasez ¿no?...
Yo compro libros de arte compulsivamente y tengo algunas reproducciones de láminas de libros medievales ilustrados, pero nunca se me había ocurrido coleccionar imitaciones. Igual empiezo este año pidiendo algo a los reyes. Lo malo es que a mi, lo que me mola de verdad es el románico y una copia de Santa María de Eunate me quedaría algo grande en el salón de casa.
:)
MUY INTERESANTE tu post. Recuerdo cuando estudié esta obra de arte en clase de Historia en el instituto...miles de años atras...siempre me ha llamado mucho la atención y me gusta tu enfoque y tu manera de escribir. Muchas gracias por pasarte por mi blog, te respondo a la pregunta que me haces. Cuando me refiero a que en el norte de marruecos te miran con más deseo es porque el norte está mucho más influenciado por europa, y todo lo que europa significa (capitalismo puro y duro)...y además porque el norte de marruecos es la cordillera del rif, donde estan las grandes plantaciones de hachis...la gente te persigue y ve en tus ojos reflejado el simbolito de euro. Para nada era connotacion sexual...un besazo y te seguiré leyendo
De arte venía a hablarte yo y me encuentro a una de mis gordas favoritas, las otras suelen ser de Rubens, vanía a contarte una historia que no me quito de la cabeza desde que lo leí por si tú no lo has leído. A dónde se puede llegar vendiendo tornillos. Una historia ejemplar digna de cervantes pero para ti una pista verdadera, un camino, un sendero hacia el verdadero arte ¿copias? pero qué dices?.
¿Has leído el XLSemanal nº 1099? si no lo has hecho búscale en la web. El artículo se llama Entrevista. "Reinhlod Würth,millonario y mecenas alemán... "
Si te llega esto, dímelo porque espero que me nombres comisaria de alguna exposición. abrazos
Mmmm, no sé muy bien que me quieres decir firmin :( La entrevista del Sr. Würth no la he leido, ni siquiera me suena este tipo :(, ando buscandola pero aún no he dado con ella...
...Ya la encontré y ya la he leido, mmm, un tipo interesante este Würth, soy un completo ignorante, le voy a mandar un C.V a ver si me pilla para alguno de sus trece museos...
Te das cuenta de que todo ha sido vendiendo tornillos? esa debe ser la senda verdadera.Mándale el mensaje. Los caminos del Señor son ...los que son
Si Ambar, lo poco o mucho que tengo ha sido vendiendo tornillos, espero que esa etapa se cierre por fin, estoy ilusionado con empezar una nueva etapa de mi vida en la Educación, pero no acaban de llamarme...Y asistir a conferencias de Ian Gibson (por cierto :P ) no aplaca mi impaciencia...
Me has recordado a mis clases de historia del arte en el instituto.
Besos.
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