“Monster Hunter” (Netflix, 2020)
es una película, de esas que se han hecho mil quinientas veces, protagonizada
por nuestra admirada Milla Jovovich, que ya hace muchísimo tiempo se identificó
con este tipo de cine con mucho ordenador, muchos efectos especiales, poca
narrativa y hostias y tiros variados, con monstruos de fondo (otras veces son
zombies, o lo que toque en ese momento), y con el reclamo de un Rob Pearlman en
horas bajas, que sale unos cuatro minutos en todo el metraje…
Basada en un videojuego que no
conozco (también hay un cómic de mismo título, que desconozco si está
relacionado o no con este metraje), “Monster Hunter” nos lleva a un grupo de
Rangers estadounidense que está luchando en un recóndito lugar del mundo, por
nuestra libertad y nuestra salvaguarda mundial contra un enemigo desconocido,
pero muy malvado.
Entonces, una tormenta sideral
magnética y eléctrica, los lleva a otro mundo, habitado por multitud de
monstruos de gran tonelaje, donde caen todos en combate menos nuestra amiga
Milla, que, tras darse de hostias contra un guerrero neolítico que se ha
encontrado por el camino, se lo echa de amiguito e intenta sobrevivir en ese
medio hostil.
Cazar, lo que se dice cazar,
poco. Más bien se tiran corriendo la mitad de la película, y la otra mitad
pegándose entre sí, hasta que se encuentran con el pintoresco grupo de
Pearlman, que, los embarcan en la terrible misión de cargarse al “Final Boss”,
que es un dragón escupe-fuego que solo te puedes cargar cuando abre la boca
para achicharrar al personal…
En definitiva: Película, como
digo, con poco o escaso interés, que verás si estás terriblemente aburrido.
Hace cuarenta años, me hubiera encantado, pero hoy por hoy, prefiero ponerle un
cuatro (como mucho), y pasar a otra cosa.
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