Con (casi) un mes y medio de
retraso, me he enfrentado a “Dahmer” (Netflix, 2022), serie sobre uno de los
más famosos asesinos en serie de los años noventa (aunque comenzó su labor
criminal a finales de los setenta y lo pillaron a principios de los noventa,
creo que en el 91), que en un principio no estaba muy por la labor de ver, pero
que las buenas referencias que me han llegado, y ver “El Ángel de la Muerte”
(Netflix, 2022) sobre la vida de otro asesino, Charles Cuuden, estos días
atrás, me han animado a verla finalmente…
Tres tardes me ha costado ver
los diez episodios de la que consta la primera y única temporada de “Dahmer”,
que curiosamente comienza con el arresto del propio Dahmer en el primer
episodio (que es francamente bueno), para después contarnos la infancia y
adolescencia del tipo, a través de un magnífico actor como es Evan Peters, los
asesinatos de los diferentes chavales (muchos captados, no todos, en bares de
ambiente gays de afroamericanos), los puntos de vista de las familias, los
padres de Dahmer y las consecuencias mediáticas que tuvo el asunto…
Dos cosas me han llamado la
atención por encima de todas las demás cosas: Que haya colgados, mas colgados
que el propio Dahmer, que se declarasen fans de este asesino depravado que
practicaba el canibalismo con sus víctimas, y les escribiesen cartas pidiéndole
autógrafos o mandándoles dinero… Y las escuchas telefónicas a la policía que no
queda muy bien, y que podría haber hecho algo para salvar a algunas de las
víctimas (sobre todo, el caso de un chaval de catorce años, que pone los pelos
de punta) …
Resumiendo: Me he llevado una buena sensación de la serie, bien estructurada, bien narrada, que procura tocar todos los palos (o eso me ha parecido) y que me ha llevado en volandas desde el principio hasta el final en la vida de este repugnante tipo, que, por cierto, acabó siendo asesinado por otro recluso cuando cumplía los 900 años que le cayeron, quince cadenas perpetuas consecutivas…
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