Esta entrada puede contener trazas de revelaciones o spoilers,
consuma a su antojo y con cuidado, no se me atragante…
“La
Familia Perfecta” (Netflix, 2021) viene con la carta de presentación de Belén
Rueda y Coronado, que, en un principio, puede interesarte, pero que llega el
momento en que, ni con estos dos, se salva una cinta que no es original, y que
tiene pocos puntos de humor, poca luz, muchas sombras y aburrimiento para parar
un tren… Y descarrilarlo.
En
la narrativa, tenemos a un niño pijo que se enamora de una choni (¿Originaria
de un pueblo de Soria?). A su vez, la madre de él (Belén Rueda) se enamora del
padre de ella (Coronado), que es un tipo sencillo, pero arrebatador para la
pija-madre.
Entre
organizar bodas, viajes a Soria y cosas parecidas, surge un amor paralelo que
se destapa en la boda, y con ello, cambios en sus respectivas vidas. Ellas, por
lo que se ve, lo llevan mejor que ellos (egoístas, tontos y a ratos… hasta
malvados)
La
película, que esperaba una comedia típica de palomitas, resulta que es un
bodrio saborio de mucho cuidado. Mucha reivindicación, mucha clase social y
engancha menos que Spiderman en un desierto. El papel del “hermano” sobra desde
el minuto uno, y el personaje de Belén Rueda sufre un cambio demasiado increíble
hasta para una película de este tipo.
Lástima, pero no vale la pena las dos horas de metraje.
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